WASHINGTON. Se podría calificar como exitosa, la decisión táctica que tomó el gobierno de Estados Unidos, de expulsar a tres diplomáticos venezolanos, para evitar que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, nombrara a su nuevo embajador.

 

Nicolás Maduro, quien al parecer elabora sus estrategias diplomáticas sobre las rodillas, intentó cerrar la cicatriz que él mismo abrió la semana pasada (al expulsar a tres diplomáticos estadunidenses por una supuesta intromisión en el preámbulo de lo que detonó la crisis política que vive actualmente Venezuela), tratando de nombrar a un nuevo embajador, para llevar a cabo una estrategia de “borrón y cuenta nueva”.

 

“Ya yo decidí quién va a ser el embajador y pida el plácet”, dijo Maduro al expresar su intención de “fortalecer” la embajada en Washington para que en ese país conozcan “la verdad de lo que está pasando en Venezuela”. Ambos países no tienen embajadores desde 2010.

 

En la otra pista, un funcionario estadunidense reveló la decisión del presidente Obama de expulsar a tres diplomáticos venezolanos. Las horas, de un periodo de 48, ya estaban corriendo: el tiempo que concedió el gobierno a los funcionarios para salir del país.

 

Para matizar la decisión de no aceptar al que sería el nuevo embajador venezolano en Washington, la vocera del Departamento de Estado, Jen Psaki, declaró que necesita observar más “seriedad” y “pasos positivos” por parte de Venezuela antes de proceder a un intercambio de embajadores.

“Hemos visto esas declaraciones (de Maduro), y desde hace tiempo hemos indicado que estamos preparados para desarrollar una relación más constructiva. Como hemos dicho desde hace meses, eso puede incluir eventualmente un intercambio de embajadores”, dijo Psaki.

“Pero Venezuela tiene que mostrar más seriedad (en el diálogo con Estados Unidos) para que eso ocurra, y sus recientes acciones, incluida la expulsión de tres funcionarios estadunidenses en Caracas, complican” la posibilidad de nombrar embajadores, agregó.

Psaki subrayó que la medida de intercambiar jefes de misión diplomática debe ser consecuencia de “una decisión mutua” y fruto del diálogo bilateral.

 

Sin embargo, por la tarde, Venezuela dio muestras de no comprender o no querer asimilar el mensaje de Estados Unidos, ya que el canciller, Elías Jaua, anunciara que su país propondrá a Maximilian Arveláez como su nuevo embajador en Estados Unidos, al tiempo que reiteró sus críticas al Gobierno de Barack Obama por su “injerencia” frente a las protestas que desde hace dos semanas se repiten en Venezuela.

En unas declaraciones al canal regional Telesur, Jaua sostuvo que “la injerencia del Gobierno de los Estados Unidos en los asuntos internos de Venezuela es pública y notoria”, pero confió en que la Casa Blanca “rectifique” su actitud para retomar la relación bilateral.

 

Internamente, el presidente Obama comenzó a sentir la presión para que reaccionara sobre la decisión de Maduro de expulsar a diplomáticos. Por ejemplo, el gobernador republicano por Florida Rick Scott le planteó al presidente Obama la necesidad der aplicar sanciones a Venezuela por limitar la libertad de expresión. “Debería poner sobre la mesa sanciones como congelar las cuentas bancarias de Maduro y su pandilla y revocar las visas estadounidenses de cualquiera relacionado con el ataque a manifestantes pacíficos”, indicó el republicano tras una reunión que el presidente demócrata sostuvo con los gobernadores en la Casa Blanca.

 

Sobre la crisis de Venezuela, Panamá informó de que propuso la “convocatoria urgente de una reunión de consulta” de cancilleres de los países miembros de la OEA, para “considerar” la situación de Venezuela y buscar iniciativas que ayuden a “encontrar una solución a través del diálogo entre venezolanos”.

El presidente panameño, Ricardo Martinelli, precisó en un mensaje en Twitter que su Gobierno “acaba de solicitar al Presidente del Consejo Permanente de OEA convocar a reunión de Cancilleres para analizar situación en Venezuela”.

 

Saqueo y muerte

 

CARACAS. A pesar de que el canciller venezolano, Elías Jaua, señaló que el foco de violencia se encuentra arrinconado, y que el presidente Maduro está “”a punto de coronar una gran victoria” la violencia continuó manifestándose en el país. Un municipio del estado de Aragua, en el centro norte del país, fue escenario de saqueos a comercios que comenzaron tras una manifestación en el marco de las protestas que desde hace dos semanas se suceden en el país.

El alcalde, del partido Voluntad Popular del dirigente opositor Leopoldo López, denunció que “bandas armadas” aprovecharon el clima de protestas para iniciar una ola de saqueos a unas 25 tiendas de esa comunidad, lindante con la capital estatal, Maracay.

“Nos encontramos con la ausencia de la Guardia Nacional (policía militarizada), que permitió que bandas armadas que no son del municipio hayan saqueado más de 25 negocios”, dijo el alcalde.

En el saqueo a un supermercado en la urbanización El Limón una persona fue encontrada muerta con nueve disparos.
Los incidentes dejaron además un saldo de al menos tres militares y siete manifestantes heridos, en su mayoría por el impacto de perdigones, agregó.

 

Por otra parte, Lilian Tintori, esposa del líder venezolano encarcelado Leopoldo López, pidió a las opiniones nacional e internacional que “no nos abandones, no caigan en lo que dice el gobierno” del presidente Maduro.

 

“Creo que la lupa internacional está puesta en nosotros, yo les pido que siga así”, señaló Tintori.

 

La esposa del ahora icono de la resistencias, desmintió que la oposición esté desatando la violencia en el país, y enfatiza que “de nuestro lado no hay violencia, no hay armas. Los únicos que tienen armas son el gobierno y los grupos armados de los colectivos”.

 

Lilian Tintori, quien visita diariamente a su esposo en la cárcel De Ramo Verde, en la zona marginal de Caracas, señaló que “no es la lucha de Leopoldo López, ni de mi persona como familia, esto es la lucha de los venezolanos”.