BARCELONA. Todavía no existe, pero ya vendieron más de 22 mil teléfonos antiespionaje entre las dos de la tarde del lunes y las ocho de la mañana de este martes 25 de febrero de 2014.

“Se vende en la tienda online por 629 dólares y va a tener por dos años la suscripción a las cuatro aplicaciones de comunicación segura que ofrece Silent Circle”, explica María Alzola, cofundadora de GeekPhone.

 

La empresa desarrolladora de tecnología con sede en Madrid formó una alianza con Silent Circle, firma estadunidense especializada en aplicaciones de seguridad. Juntas, a través de una nueva firma llamada SGP Technologies, con sede en Suiza, están detrás de uno de los productos estrella del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona, el Blackphone.

 

Este dispositivo, presentado oficialmente el lunes en esta reunión internacional enfocada a la tecnología móvil, cuenta con un sistema llamado PrivatOS, que le permitirá navegar, mandar mensajes y hablar por teléfono, sin que nadie se entere en absoluto qué fue lo que hizo, mandó, dijo o murmuró. Tiene programas de encriptación muy avanzados.

 

Blackphone

 

“El Blackphone todavía no existe, estará en junio, tal vez finales de mayo”, aclara Alzola en entrevista con 24 HORAS.

 

Pero ya es una prueba de que miles de personas en el planeta no quieren ser espiadas.

 

Hoy no necesita ser un hacker o un presidente para entender que toda la información que pasa a través de los smartphones está a disposición de quien pueda pagar por ella.

 

Además, no sólo los delincuentes cibernéticos se interesan en tener mensajes ajenos, conversaciones y fotos, sin pedir permiso.

 

Quien hizo que el mundo entendiera que la privacidad se perdió fue Edward Snowden, el ex empleado del gobierno de Estados Unidos que destapó las prácticas de vigilancia cibernética y programas secretos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) en contra de civiles, gobiernos y empresas.

 

“Yo no voy a hablar de marcas, pero nosotros tenemos que garantizar que no va a haber una intromisión en la comunicación entre dos personas”, dice María Alzola. “¿Que cómo lo hacemos? Cerrando el círculo”.

En junio

 

La ejecutiva dice que si tienes un Blackphone, tu comunicación es segura. Pero no asegura que suceda lo mismo si tienes un smartphone de cualquier otra empresa. En eso se basa el ritmo de ventas de un producto que se puso en preventa este lunes y que hoy sigue vendiéndose aceleradamente. A pesar de que todavía no existe, que se entregará probablemente en junio y de que pertenece a un grupo de empresas independientes que no tienen un ejército de expertos en marketing y relaciones públicas para generar la demanda.

 

María Alzola habla de nuevo del producto que miles están comprando en línea:

 

“Nosotros no guardamos la información. Esa información existe durante un cortísimo periodo de tiempo y se autodestruye. Y para voz tenemos nuestra red de voz IP. O sea, tenemos una red propia, nuestra”.

 

–¿Cuándo llegará a nuestras manos, a México, por ejemplo?–, insiste el reportero.

 

–Ya os he dicho que estamos en pleno diseño y desarrollo del producto, disponible en el mercado va a estar en junio.

 

Desde el lunes están a la venta en internet, pero también están preparando acuerdos con operadores, como KPN en Europa.

 

“Estamos en negociación con operadores en América Latina. Cuando se cierre el acuerdo lo sabréis. Estamos empezando a tener mucha demanda”.

 

Secretos

 

María Alzola y su grupo ocupan un pequeño espacio de exhibición en el Mobile World Congress de Barcelona. No paran de repetir a los medios de todo el planeta que los abordan, de qué se trata su tecnología.

 

María no quiere profundizar en la parte técnica. Teme que podemos ser de cualquier otra empresa. Que podríamos robarles secretos industriales.

 

Todos son desconfiados. Hay dos prototipos del Blackphone aquí. Ninguno de los dos puede moverse más de 30 centímetros de la mano del que lo cuida. La advertencia es clara. Tocar, no llevar, no alejar. Puedes tomar fotos, grabarlos, pero cuidado con dar un paso de más. Las miradas celosas te apuntan.

 

–Oiga, le sentó muy bien a la empresa el escándalo de la NSA y todo eso, ¿verdad?–, sugiere el reportero.

 

–¡Pues mira, nos vino como decimos en España, nos vino al pelo, o sea, nos vino de maravilla!  Nosotros estamos trabajando en esto desde comienzos de otoño, y de repente dijimos, bueno, maravillosa publicidad, qué más queremos. Es lo que queríamos ofrecer al mercado, y mira lo que está sucediendo. Hay una necesidad clamorosa.

 

–¿Cómo van los pedidos?

 

–Bueno, te puedo decir que en unas 24 horas, hemos tenido 22 mil registros. Y hemos llegado aquí a las ocho de la mañana, o sea, no te sé decir más. Se ha abierto a las dos de la tarde de ayer, y de las dos de la tarde a las ocho de la mañana hemos visto que había 22 mil registros.