A un año de la aprehensión de Elba Esther Gordillo, el dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Díaz de la Torre, evitó hacer cualquier comentario sobre el proceso judicial que enfrenta su antecesora.

 

Tras concluir un homenaje del SNTE al premio Nobel de Química, Mario Molina, que se realizó en el Centro Cultural del México Contemporáneo, Díaz de la Torre evitó a los medios de comunicación al encerrarse en una habitación con el galardonado e invitados especiales para tomarse fotos con estudiantes de primaria.

 

Luego de poco más de 15 minutos de hacer esperar a la prensa que esperaba una respuesta, el dirigente magisterial salió rodeado de su equipo de seguridad y escudado detrás del propio Mario Molina. Entre empujones y jaloneos, Díaz de la Torre se negó a responder los cuestionamientos que se le hicieron respecto al “aniversario” de la aprehensión de Gordillo, de quien fue secretario particular.

 

No obstante, ante la insistente pregunta de los medios de comunicación por conocer la situación del sindicato a un año de la detención de Elba Esther Gordillo por el presunto desvío de más de dos mil 600 millones de pesos, Díaz de la Torre se limitó a responder: “a 70 años de su fundación, (el SNTE) está fuerte, unido y trabajando”.

 

Al rendir homenaje a Mario Molina, quien en 1995 fue galardonado con el Premio Nobel de Química, por su aportación a la ciencia y generosidad hacia México, el presidente nacional del SNTE pidió reivindicar la escuela pública y dedicar mayores recursos a la educación, la investigación científica y el desarrollo tecnológico.

 

Luego de recordar que Mario Molina es un científico egresado de la escuela pública mexicana, Díaz de la Torre agregó que el sindicato pedirá a las autoridades que fortalezcan los contenidos curriculares para incentivar el interés y la creatividad de las niñas y niños en el cuidado ambiental.

 

Asimismo, el maestro se refirió a la reforma educativa, que también cumple un año de haberse promulgado, como una herramienta para “preparar a niños y jóvenes responsables, competentes y productivos, respetuosos de la ley, solidarios y con profundos valores cívicos, y desde luego, con el conocimiento necesario para asumir los desafíos del cambio climático, al igual que las oportunidades que surgirán con la nueva revolución industrial que se avecina, las nuevas tecnologías, y los nuevos sectores de actividad económica”.