NUEVA YORK. El actor estadunidense Philip Seymour Hoffman falleció el pasado 2 de febrero en Nueva York víctima de una sobredosis de heroína, cocaína, anfetamina y tranquilizantes, según anunció hoy la oficina del forense.
La mezcla de cocaína y heroína que se inyecta o inhala, conocida en inglés como “speedballing“, está cada vez más extendida entre los drogadictos, una combinación que puede ser mortal y que acabó con la vida de otros actores famosos como River Phoenix o John Belushi.
El “speedball” está compuesto por heroína y una pequeña dosis de cocaína que evita que el toxicómano sufra la somnolencia y la apatía propias del consumo de derivados opio, y que puede provocar desde visión borrosa, depresión o alucinaciones hasta la muerte.
Hoffman, ganador de un premio Oscar en 2006 por su interpretación en la película “Capote“, tenía 46 años cuando fue encontrado muerto en su apartamento del Village de Nueva York con una jeringuilla todavía en el brazo.
El actor había admitido en varias ocasiones sus problemas con las drogas, en los que volvió a recaer el pasado año y de los que intentó librarse ingresando durante diez días en un centro de rehabilitación.
La muerte del conocido intérprete llevó a la Policía de Nueva York a iniciar una investigación que se saldó con la detención de varios sospechosos de haberle vendido heroína.