El potencial aumento de intercambio energético que generará el proyecto de oleoducto entre Canadá y Estados Unidos ayudará a estos dos socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero no a México.
El plan de construcción del oleoducto Keystone XL, que cruzaría la provincia de Alberta, en Canadá, hasta las refinerías de petróleo de Texas, en Estados Unidos, podría ser una mala noticia para la paraestatal mexicana Petróleos Mexicanos (Pemex), que perderá su monopolio con la reforma energética y que actualmente es el tercer exportador más importante hacia Estados Unidos.
De acuerdo con el diario británico Financial Times, México competirá directamente con Canadá para las exportaciones del mismo tipo de crudo, a pesar de que son socios del TLCAN.
“El proyecto controversial de oleoducto – que Canadá está empujando y que Estados Unidos está estudiando cuidadosamente debido a preocupaciones ambientales – ha sido hasta ahora un tema entre Canadá y Estados Unidos únicamente. Pero México es su socio en el TLCAN y podría competir con Canadá para las exportaciones del mismo tipo de crudo”, dice FT.
En una conferencia de prensa la semana pasada, Mario Beauregard, director de Finanzas de Pemex, comentó, luego de revelar pérdidas netas de 169 mil millones de pesos en 2013, que “nuestra principal competencia, más que Estados Unidos, es Canadá”.
Carlos Murrieta, director corporativo de operaciones de la paraestatal, afirmó que “el oleoducto ejercerá mayor presión sobre nosotros, por lo que tenemos que buscar más mercados”.
Actualmente, Pemex exporta petróleo a Asia, Europa e India y acaba de firma un acuerdo con Japón para enviar crudo a esa nación, pero el 90% de sus exportaciones siguen llegando a Estados Unidos y gran parte de ese combustible que va hacia el país vecino es crudo pesado.
El diario comenta que Pemex enfrenta una reorganización de sus operaciones, ya que el gobierno de Enrique Peña Nieto y los legisladores federales y estatales promulgaron en diciembre pasado una histórica reforma constitucional que permitirá la apertura del sector energético a la inversión privada por primera vez en 75 años.
Pemex, que actualmente financia una tercera parte del presupuesto nacional mediante impuestos, seguirá siendo propiedad del Estado, pero se convertirá en una empresa productiva a finales del 2015 en este nuevo entorno competitivo en el sector energético, recuerda Financial Times.
“Esto quiere decir que si el gobierno va a seguir financiando una tercera parte del presupuesto con el petróleo, la contribución de Pemex tendrá que reducirse, lo que le permitirá reinvertir sus ganancias, mientras que los nuevos jugadores que entrarán en el mercado mexicano financiarán el resto”, indica.
No obstante, el Congreso de la Unión todavía debe aprobar y enmendar más de 20 leyes para habilitar la reforma energética, pero antes de eso, Pemex tiene hasta el 21 de marzo para determinar las áreas en las que participará o se asociará con otras empresas, y las que dejará al sector privado. Los reguladores tendrán hasta mediados de septiembre para aprobar o rechazar la solicitud de la paraestatal.
Según Financial Times, el gobierno prevé iniciar la entrega de contratos a empresas privadas nacionales e internacionales a partir de mediados de 2015, para poder recolectar impuestos y regalías mediante la explotación de los hidrocarburos, aunque este nuevo régimen fiscal en el sector energético todavía tiene que ser establecido en las leyes secundarias que la administración de Peña Nieto está alistando.
Cabe recordar que México es actualmente el décimo país productor de petróleo más importante del mundo, pero en los últimos años ésta ha ido cayendo de manera importante, ya que se dejó de extraer 1 millón de barriles diarios entre 2004 y 2013. Además, el país tiene que importar una tercera parte del petróleo debido a la falta de capacidad de refinar el combustible.
Como informó 24 HORAS en enero pasado, el futuro del TLCAN está en la energía, pues es uno de los principales temas que los mandatarios de México, Estados Unidos y Canadá discutieron durante la última Cumbre de Líderes de América del Norte en Toluca con el objetivo de impulsar la relación y la competitividad de la región en el mundo.
Y si bien Norteamérica tiene un mercado energético interconectado desde años antes de la firma del tratado de libre comercio, la revolución del gas shale en Estados Unidos ha transformado las relaciones entre los tres países.
Los tres gobiernos consideran que la transformación actual de las infraestructuras y del sector energético en México y Canadá significará también una enorme generación de empleo, además de hacer más eficiente el comercio y mejorar la competitividad de la región.
EU, quien necesitaba a Canadá y a México para asegurar el suministro de combustible del país, ahora les vende petróleo y gas a ambas naciones.
Mientras México se transformó de exportador a importador de petróleo de Estados Unidos, debido a la caída de su producción, en Canadá, el principal proveedor extranjero de este combustible de la Unión Americana, las exportaciones aumentaron.
Y podría continuar aumentando, ya que los gobiernos de Estados Unidos y Canadá están negociando la construcción del oleoducto Keystone XL, un controvertido proyecto que transportaría el petróleo de las arenas bituminosas de Alberta hacia las refinerías de Texas.
Durante este tiempo, la creciente economía de México ha causado en los últimos años un aumento en la demanda de energía, pero Pemex, no logra responder a las necesidades, lo que le obliga importar gas natural.
La nueva apertura del sector en México hará que el país competirá con un nuevo jugador en su principal destino para las exportaciones de crudo: Estados Unidos.
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