Desde la captura del líder del cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, los trabajadores del Noroeste han recibido amenazas y agresiones durante sus coberturas informativas diarias.
La madrugada de este martes un reportero de dicho diario fue detenido, esposado y luego llevado a un hospital señalado por policías municipales como el responsable de haber disparado a una mujer en el carnaval.
El reportero se dirigía rumbo a la escena de la agresión a bordo de una camioneta con rótulos de Noroeste, además llevaba en todo momento su credencial de identificación a la vista, sin embargo uniformados de la patrulla 225 de la policía municipal de Mazatlán lo detuvo.
“Sin golpearlo, pero sí usando un lenguaje soez y acusatorio, los elementos policiacos lo señalaron como presunto responsable de haber disparado en la Plazuela Machado”, reportó el diario en su página de internet.
La agresión al reportero ocurrió en la avenida Juan Carrasco, luego de que había acudido a la Cruz Roja a tomar fotografías de una de las mujeres lesionadas en la noche de Carnaval, en la madrugada del martes.
La patrulla lo detuvo cuando se dirigía hacia la Plazuela Machado, donde se dieron los disparos.
“’¿A dónde chin.,, vas?’, le cuestionaron los policías. ‘Bájate, bájate’, le exigieron al reportero, quién usaba incluso su gafete que lo identificaba como periodista de Noroeste”, relata el rotativo.
“En el lugar, el reportero fue esposado y la camioneta de Noroeste, esculcada. A bordo de la caja de la patrulla, lo trasladaron a la Cruz Roja, donde presuntamente familiares de la mujer herida lo habían identificado como responsable de los disparos. “No sabes el ped… en que te metiste”, le decían los policías en varias ocasiones”, añade la nota publicada en su versión web.
“Tú llevaste a los muchachos a la Machado, y los llevaste a la Cruz Roja”, lo acusaban. De la zona de detención, los elementos municipales lo llevaron a las instalaciones de la Cruz Roja, donde lo presentaron ante familiares de la mujer herida, quienes dijeron que no lo identificaban como responsable de los hechos.
Fue entonces que le quitaron las esposas, las cuales le dejaron marcas, y le fueron devueltas las llaves de la unidad de Noroeste, que había sido trasladada por un policía a la Cruz Roja y llegó “humeando” porque la condujeron con el freno de mano puesto.