MOSCÚ. Rusia estaba inundada el viernes de fervor patriótico en anticipación del regreso de Crimea a su territorio, con decenas de miles de personas concentradas en la Plaza Roja coreando: “¡Crimea es Rusia!”, al tiempo que el Parlamento declaró que la península sería recibida “con derechos iguales” en el país.
Haciendo caso omiso a las amenazas de sanciones y advertencias de Estados Unidos, los líderes de ambas cámaras del Parlamento ruso dijeron que respaldarían un referendo de los habitantes de Crimea para separarse de Ucrania e integrarse a Rusia, indicando por primera vez que el Kremlin se prepara para anexarse la estratégica región.
Las tensiones en Crimea subieron de tono el viernes por la noche cuando fuerzas pro rusas trataron de capturar una base militar ucraniana en la ciudad portuaria de Sebastopol, dijo la rama ucraniana de la agencia de noticias Interfax. No hubo disparos, pero se lanzaron granadas, según el despacho, atribuido a funcionarios ucranianos.
Unos 100 soldados ucranianos en la base se parapetaron en una de las barracas y su jefe comenzó a negociar, indicó el reporte. El líder pro ruso de Crimea negó que hubiese ocurrido un incidente en la base.
En la semana transcurrida desde que Rusia tomó control de Crimea, las tropas rusas han neutralizado y desarmado bases militares ucranianas en la península del Mar Negro. Algunas unidades ucranianas, sin embargo, se han negado a rendirse. El nuevo líder de Crimea ha dicho más de 11.000 efectivos rusos controlan todos los accesos a la región y han bloqueado todas las bases militares que no se han rendido.
Apenas el martes, el presidente Vladimir Putin dijo a la prensa el martes que Rusia no tenía intenciones de anexarse a Crimea, pero insistió en que los habitantes tenían derecho a determinar el estatus de la región en un referendo.
La presidenta de la cámara alta del parlamento ruso, Valentina Matvienko, dijo al titular de la legislatura de Crimea, Vladimir Konstantinov, que Moscú recibirá de buen grado a Crimea si así lo decide en el referendo. Alrededor de 60% de la población de Crimea se identifica como rusa.
“Si se toma la decisión, entonces (Crimea) será una parte en absoluta igualdad de la Federación Rusa”, dijo Matvienko. Habló de malos tratos denunciados a habitantes de habla rusa en las regiones oriental y austral de Ucrania, la principal justificación usada por Moscú para intervenir en el país vecino.
El Parlamento ruso se ha apresurado a presentar proyectos de ley que facilitan el ingreso de Crimea a Rusia. Según el derecho constitucional vigente, Rusia sólo puede anexarse un territorio extranjero mediante un acuerdo “iniciado… por el gobierno extranjero correspondiente”.
Dado que Crimea es legalmente parte del territorio ucraniano, eso requeriría firmar un acuerdo con las nuevas autoridades en Kiev, las que han condenado la incursión rusa en la región.
Las nuevas leyes eliminarían ese requisito, dijeron parlamentarios, quienes agregaron que podrían ser aprobadas la semana próxima.
En la Plaza Roja, en el lado opuesto al Parlamento, 65.000 personas asistieron a un acto organizado por el Kremlin en apoyo a la secesión de Crimea.
“Sabíamos que Rusia no nos abandonaría”, gritó Konstantinov desde la tribuna. Pidió a Moscú que no olvide a otras regiones pro rusas de Ucrania.
“No debemos dejar al pueblo ucraniano a merced de los bandidos nazis”, dijo en alusión al gobierno en Kiev.
El nuevo gobierno, que batalla por estabilizar las finanzas del país, recibió noticias alentadoras del Fondo Monetario Internacional (FMI) de que la ayuda financiera iba en camino.
“Estoy impresionado por la determinación, el sentido de responsabilidad y el compromiso de las autoridades con un plan de reforma económica y transparencia”, dijo el director del Departamento Europeo del FMI, Reza Moghadam, tras una visita de dos días. “El FMI está dispuesto a ayudar al pueblo de Ucrania”.
Rusia ha negado que sus fuerzas estén activas en Crimea y que los efectivos vestidos con uniformes verdes sin insignias son “fuerzas de autodefensa” locales, pero muchos de esos efectivos, con armas pesadas, son transportados por vehículos con placas rusas.
Con la esperanza de obligar a Rusia a reducir su presencia militar, Estados Unidos impuso sanciones económicas y de viaje a rusos y opositores del nuevo gobierno ucraniano. La Unión Europea anunció la suspensión de negociaciones con Putin sobre un amplio acuerdo económico y el permiso para que los ciudadanos rusos puedan viajar al bloque de 28 naciones sin necesidad de visa, una antigua aspiración de Moscú.