El presidente estadounidense, Barack Obama, mantuvo conversaciones telefónicas con el primer ministro británico, David Cameron; el presidente francés, François Hollande, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, sobre la crisis en la península ucraniana de Crimea.

 

Además, el presidente estadunidense, que se encuentra descansando en Florida, Estados Unidos, mantuvo una teleconferencia simultánea con la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite; el mandatario de Letonia, Andris Berzins, y el de Estonia, Hendrik Ilves, indicó un portavoz de la Casa Blanca.

 

Washington está reforzando los contactos con sus aliados para responder a la ocupación militar comandada por Rusia en la península de Crimea, algo para lo que Estados Unidos prepara sanciones económicas y medidas de aislamiento diplomático.

 

Según el comunicado de la Casa Blanca, Obama coincidió con los líderes británico, alemán e italiano, con los que habló individualmente, en “la gran preocupación sobre la clara violación rusa de la ley internacional”.

 

Obama valoró positivamente que Estados Unidos y la Unión Europea mantenga una postura común frente a “la intervención militar de Rusia en Ucrania”.

 

Pese a que las sanciones no se mencionan en el breve comunicado de la Casa Blanca, no todos los socios estadounidense del G7 (Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) se muestran muy favorables a sanciones económicas a Rusia

 

La Casa Blanca detalló que todos los líderes que hablaron hoy con Obama “están de acuerdo en la necesidad de que Rusia retire sus fuerzas militares a sus acuartelamientos”, permita el despliegue de observadores internacionales y que se pongan las bases para que Ucrania y Rusia puedan dialogar directamente para evitar una escalada de la tensión.

 

Obama también reafirmó con sus aliados la necesidad de apoyar al nuevo gobierno interino de Kiev para estabilizar la economía y permitir una elecciones generales sin sobresaltos en mayo.

 

En la conferencia con los líderes de los países bálticos, Obama les garantizó el apoyo total de la Alianza Atlántica (OTAN), que ha reforzado su presencia en la zona ante la crisis en Crimea con el envío de cazas y personal militar.

 

Por tercer día consecutivo, guardas armadas evitaron la entrada de observadores internacionales de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).