Un grupo de “dreamers” que habían sido deportados, se presentaron en la frontera entre Tijuana y San Diego y pidieron asilo político a Estados Unidos mientras expresaban su frustración con el tiempo que ha demorado aprobar una reforma a las leyes de inmigración y en protesta por el alto número de deportaciones durante el gobierno del presidente Barack Obama.
Hombres y mujeres con togas y birretes verdes, morados y amarillos marcharon por las calles de Tijuana mientras se acercaban a la puerta peatonal de la garita fronteriza de Otay, al grito de “Texas”, “California”, “Arizona ” y “Carolina”.
La protesta, inspirada en actos similares el año pasado, cuando los manifestantes solicitaron asilo en los cruces fronterizos de Arizona y Texas, ha sido una de las tácticas más audaces empleadas por los defensores de la promulgación de leyes menos estrictas de inmigración.
Otros grupos de activistas se han centrado en convencer a los legisladores federales de que apoyen la reforma integral de las leyes de inmigración que Obama respalda.
Elvira Arellano, una mexicana deportada en 2007 después de refugiarse un año en una iglesia de Chicago, lideró a cerca de cien personas en una ruidosa pero pacífica protesta en el lado mexicano de la frontera, que ocupaba dos carriles de vehículos en uno de los cruces fronterizos de más tráfico en el país.
“El presidente Obama no ha cumplido su promesa de reforma migratoria”, dijo Arellano a la multitud. “Ha prometido la reforma migratoria y lo que nos ha dado son dos millones de deportados”.
Alrededor de 30 personas intentaron entrar a Estados Unidos, dijo Rocío Hernández, de la organización National Immigrant Youth Alliance. El número era mucho menor de lo que pronosticaron los organizadores, pero Hernández dijo que podría aumentar a 150 a lo largo de la semana.
Los que solicitan asilo son entrevistados por las autoridades para determinar si sus afirmaciones son creíbles, y luego son liberados o se quedan en las instalaciones de inmigración a la espera de una decisión. Para obtener asilo, un juez de inmigración debe determinar si el solicitante sufrió persecución o tiene un temor bien fundado de que lo persiguen por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opinión política.
La Oficina Aduanas y Protección Fronteriza dijo las normas sobre privacidad le prohíben decir qué sucedió con quienes trataron de entrar al país.
Los manifestantes se llaman a sí mismos dreamers, palabra en inglés derivada del Dream Act, un proyecto de ley que contempla permitir que algunos inmigrantes que llegaron al país cuando eran menores puedan permanecer en el país. El proyecto no fue aprobado.
En 2012, Obama emitió una orden ejecutiva que suspendió temporalmente la deportación de algunos de estos jóvenes que cumplían ciertos requisitos y les permite quedarse por un tiempo y recibir autorización para trabajar, permisos que se renuevan cada dos años.
En los últimos cinco años fiscales la cifra de deportados asciende a dos millones, con un máximo de 400 mil en 2012, antes de bajar el año pasado.