Los jóvenes peñistas parecen dispuestos a cederle a Manlio Fabio Beltrones el control del naciente Instituto Nacional Electoral. Quizá al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, le sería útil preguntarle a su ex compañero de clases, Luis Carlos Ugalde, por qué es peligroso dejarle al sonorense el control. Ugalde salió del IFE porque Beltrones lo necesitaba echar para cerrar el expediente del escandaloso gasto en spots contratados, sin reportar, que enlodaba por igual las campañas de Roberto Madrazo, Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador.

 

La división de la cúpula de Acción Nacional alcanzó ya al DF. Mauricio Tabe y otros de los que se sentían comprometidos con el panista Jorge Romero, empiezan a manifestar su inconformidad porque consideran haber sido marginados de actividades que son, en su opinión, fundamentales para la marcha del panismo en el DF. La división aparece justo cuando el PAN capitalino parece en mejores condiciones de aprovechar la ausencia del PRI-DF, y el serio reto que para el PRD tendrá la aparición de Morena en la boleta electoral de 2015.

 

De un momento a otro, Diana Talavera, presidenta del IEDF, renunciará a la Presidencia del Instituto para dedicarse de lleno a convertirse en Consejera Electoral del INE. Los presidentes de los Consejos Estatales se sienten engañados por la perredista y aseguran que les prometió que sus actos en contra de la reforma político-electoral no tenían interés personal. Pero vaya sorpresa porque resulta que se promovió con recursos públicos. No le vaya a pasar a Diana Talavera lo mismo que al perro de las dos tortas.

 

Javier Arrigunaga era el titular de Fobaproa y firmó el salvamento de Banamex a través de un pagaré por 60 mil mdp. El presidente del banco era Roberto Hernández, con quien estaba emparentado a través de Íñigo Laviada Arrigunaga. También es primo de Margarita Zavala Gómez del Campo. En la Cámara de Diputados le hicieron juicio político por la firma de los pagarés pero la libró. Se fue como representante de México ante la OCDE, gracias a Calderón Hinojosa. Regresó a México para reincorporarse a Banxico y luego Roberto Hernández lo impulsó en Banamex hasta la Dirección General. ¿Sobrevivirá al tsunami de Oceanografía?