Petróleos Mexicanos (Pemex) gestiona convenios con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a través de la Secretaría de Energía (Sener), para que la explotación de gas shale, mediante fracking (fracturación hidráulica), no ponga en riesgo el abastecimiento de agua para usos primarios.

 

La Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados publicó ayer las respuestas a preguntas por escrito que formularon la semana pasada las fracciones del PAN, PRD, MC y PT, al titular de la paraestatal, Emilio Lozoya Austin.

 

El sol azteca cuestionó la viabilidad de la aplicación del fracturación hidráulica en el noreste del país y los estudios de impacto ambiental que la pudieran avalar.

Lozoya Austin respondió que en México la exploración y desarrollo de yacimientos de aceite y gas shale se encuentra en una etapa inicial, donde los pozos exploratorios se ubican por lo general separados en distancias entre ellos por decenas de kilómetros.

 

“Los retos logísticos y de sustentabilidad ambiental derivados del fracking vienen con el desarrollo masivo”, informó el titular de Pemex a los legisladores sobre los convenios que gestiona con la Conagua para regular el uso del vital líquido.

 

Con esto, se busca asegurar que el abastecimiento de agua no se ponga en riesgo para los usos primarios, como el consumo humano, para la agricultura y ganadería y así como los usos industriales.

 

“En las etapas de desarrollo masivo se podrán establecer los convenios para gestionar concesiones de acuíferos y, en casos especiales, compra de derechos de uso del agua”, agregó.

 

Explicó que en las técnicas de fractura hidráulica sólo se utiliza agua a presión, que no lleva consigo ningún tipo de químicos peligrosos, y sólo se le agrega un gel a base de agua para reducir la fricción durante el transporte de partículas de arena, bactericida para mantener el agua libre de bacterias en los tanques de almacenamiento y una proporción de agente anticongelante no tóxico.

 

“Durante las operaciones de fracturamiento (sic), los acuíferos superficiales no corren ningún riesgo, ya que los pozos tienen de dos a cuatro tuberías de revestimiento herméticamente aisladas con cemento convencional no contaminante”, afirmó Lozoya.

 

Aseguró que para el reciclaje o disposición del agua de retorno de los trabajos de fractura hidráulica, Pemex cuenta con procedimientos para su manejo y desecho en pozos letrina perforados a profundidades mayores de 2 mil metros, aislados herméticamente en su revestimiento y alejados de centros de población.

 

Subrayó que la paraestatal cuenta con estudios de impacto ambiental realizados y dictaminados para el Proyecto Regional Cuenca de Sabinas, Piedras Negras, y el Proyecto Integral Cuenca de Burgos, áreas del noreste de México con potencial de aceite y gas shale.