El líder del temido cártel de Los Caballeros Templarios, Nazario Moreno González, alias El Chayo, viajaba con una carta dirigida a su hija y una a Dios cuando, montado en una mula en las montañas de Michoacán, fue muerto por marinos y soldados que intentaban capturarlo, informó un funcionario.

 

El gobierno de México dijo que las fuerzas federales habían localizado hace un mes una choza de madera que el jefe narcotraficante quien fuera reportado como fallecido en un enfrentamiento en 2010 utilizaba como escondite. La choza, por fuera, tenía un aspecto humilde, pero por dentro tenía un televisor de pantalla plana, otras televisiones y una cama tamaño king, así como libros, señaló el funcionario federal que habló en condición de anonimato porque no está autorizado a revelar información.

 

El domingo, el día de su muerte, un medallón de Los Caballeros Templarios colgaba del cuello del capo de las drogas. El contenido de las cartas que traía con él aún no ha sido revelado por las autoridades por ser considerada información reservada.

 

Habitantes del estado ya habían alertado a autoridades que Moreno seguía con vida y aún a la cabeza de Los Caballeros Templarios, un cártel que predica doctrinas religiosas y morales mientras trafica metanfetamina a Estados Unidos.

 

“Cada día estaba más cercado por las fuerzas federales”, dijo el miércoles Alfredo Castillo Cervantes, titular de la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán que fue enviado este año por el presidente Enrique Peña Nieto a coordinar operativos de seguridad.

 

La madrugada del domingo, cuando se pretendía capturar a Moreno, el jefe narcotraficante abrió fuego contra los militares con un rifle, éstos repelieron el ataque y lo mataron.

 

Moreno González, también conocido El más loco, murió de dos impactos de bala en el pecho un día después de cumplir 44 años. Aunque están pendientes estudios genéticos, los datos de sus huellas dactilares fueron decisivos para determinar que se trataba de él.

 

La Secretaría de Gobernación (Segob) detalló que Moreno portaba dos credenciales de identidad con un nombre falso. “Tenía un muy bajo perfil“, dijo Castillo Cervantes.

 

El Chayo encabezaba la organización por encima de quien era visto como el líder, Servando Gómez Martínez, alias La Tuta, un hombre que concede entrevistas a medios, quien aún sigue sin ser capturado pero que Castillo Cervantes asegura ha perdido poder.

 

El funcionario que habló con la condición de anonimato dijo que el hijo de La Tuta y otros detenidos brindaron información que permitió a las fuerzas de seguridad acercarse a la zona donde operaba Moreno, en el municipio de Tumbiscatío.

 

Dos días antes de la captura de Moreno González, militares aseguraron un vehículo y radios que se cree eran propiedad del capo de las drogas donde empezaron a escuchar conversaciones con miembros del cártel.

 

El Chayo era considerado el líder máximo de La Familia Michoacana (después Los Caballeros Templarios) antes de ser declarado muerto el 10 de diciembre de 2010 por el gobierno del presidente Felipe Calderón (2006-2012). Según la administración anterior, había muerto en una batalla con la policía federal que se alargó hasta dos días, pero ningún cadáver fue recuperado.

 

La Familia sufrió divisiones internas después de la muerte falsa de Moreno González, lo que dio paso a la conformación de Los Caballeros Templarios. En la expansión del poder de la organización que adoptó la cruz de malta como símbolo, se forjó la imagen de El Chayo como un héroe popular, al que dedicaban altares en la región conocida como Tierra Caliente. Sin embargo, seguía siendo un sujeto peligroso encargado de adoctrinar a miembros de la organización, según el gobierno.

 

La muerte de Moreno González fue aclamada por los grupos civiles de autodefensa que desde hace un año intentan expulsar a Los Caballeros Templarios, a quienes acusan de extorsionar, secuestrar y asesinar.

 

Un día después del operativo en que murió Moreno González, surgieron divisiones entre los grupos.

 

Hipólito Mora, uno de los fundadores del movimiento y de los principales voceros, fue detenido el martes bajo sospecha de participar en el asesinato de dos miembros de las autodefensas cuyos cuerpos fueron descubiertos calcinados el fin de semana. Las autoridades dijeron que investigaban su “coparticipación”, lo que podría significar que Mora ayudó a cometer el asesinato o a encubrirlo.

 

Los hombres muertos pertenecían a un grupo de autodefensas del cercano poblado de Buenavista, encabezado por el rival de Hipólito Mora, Luis Antonio Torres González, conocido como El Simón o El Americano porque creció en Estados Unidos.

 

Hipólito Mora había acusado a Torres de permitir que ex miembros del cártel de Los Caballeros Templarios se unieran al movimiento, mientras que Torres acusaba a Mora de apropiarse de los huertos que recuperaron los templarios, que a su vez se los habían arrebatado a agricultores de la comunidad.

 

“Hay un desacuerdo por la forma en como en su momento las autodefensas lideradas por Hipólito Mora hicieron algunos decomisos de tierra y hasta la propia forma de entregar estas mismas tierras”, detalló el comisionado Castillo Cervantes.

 

Un portavoz de las autodefensas, Estanislao Beltrán, dijo no saber si Hipólito Mora es culpable o no pero aseguró que va a confiar en la investigación.

 

El culpable se tiene que castigar, sea quien sea”, dijo Beltrán. “No podemos dejar algo impune que es grave, porque al rato, ¿A quién le toca? ¿A mí? ¿A quién le va a tocar?“.