Aunque en el discurso formal el presidente Enrique Peña Nieto exalta y presume “la coordinación” entre las distintas áreas como un sello distintivo de su gobierno, al interior del gabinete presidencial se viven pugnas y enfrentamientos entre grupos que, aunque en muchos casos soterrados, confirman que el peñismo no es totalmente homogéneo y detrás de la imagen de “colaboración y trabajo en equipo”, hay también luchas de poder y de posicionamiento entre distintas facciones del gabinete presidencial.
Visto desde adentro, en el equipo del Presidente conviven tres corrientes que aunque comparten el objetivo general del ejercicio de gobierno y la lealtad hacia el Ejecutivo, tienen cada una sus propios intereses y sus lealtades secundarias. El primer grupo es el encabezado por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien controla el mayor número de posiciones en las secretarías y paraestatales. Además de diseñar y ejecutar la política económica, uno de los flancos hasta ahora más débiles de Peña Nieto, Videgaray también influye y opina de asuntos políticos, tanto en las definiciones internas del gabinete como en algunos posicionamientos públicos que en ocasiones lo llevan a chocar con la Secretaría de Gobernación.
Ese es el segundo grupo claramente definido en el gabinete, el que encabeza el titular de la Segob, Miguel Ángel Osorio Chong. Con el control de las áreas de seguridad y de la operación política, al hidalguense le dieron también la designación de la mayoría de los delegados federales en los estados del país. Su rivalidad con el secretario de Hacienda no es nueva y comenzó desde que el 4 de septiembre de 2012 el entonces presidente electo presentó a su equipo de transición formado por 45 personas.
El día anterior al anuncio, Peña Nieto había decidido que presentaría a Luis Videgaray como el único coordinador de todo el equipo para la transición de gobierno. Pero horas antes del anuncio, entre la noche y la madrugada del 4 de septiembre, se gestó una corriente en su equipo que le recomendó al mandatario electo que no era conveniente presentar sólo un coordinador porque el mensaje sería que toda su confianza estaba depositada en una sola persona. “Es más conveniente un diseño más plural, eso evitaría que todo el golpeteo político y mediático se concentre en un solo coordinador”, le dijeron a Peña. El presidente electo escuchó las sugerencias y cambió el diseño del equipo de transición que después se repetiría en el gabinete: dos coordinadores, Videgaray para la parte económica, y Osorio Chong para la parte política.
Esa dualidad en el mando y la conducción del gabinete ha persistido hasta ahora y no ha estado exenta de pugnas, diferencias y en ocasiones enfrentamientos, la mayoría de las veces en la operación interna, pero que también han llegado a aflorar públicamente en posiciones encontradas entre los dos supersecretarios peñistas.
Pero hay un tercer grupo que se mueve como tal en el gabinete: el de los mexiquenses. Este es el grupo más cercano por antigüedad y paisanaje a Peña Nieto. En él se encuentran varios amigos personales y colaboradores del Presidente desde que fue gobernador del Estado de México. Luis Miranda, subsecretario de Gobernación, encabeza este grupo, además de Ernesto Nemer, Gerardo Ruiz Esparza, Luis Vega, Héctor Velasco y Alfredo del Mazo. Aunque varios de ellos están en segundas posiciones del gabinete, este grupo posee una gran influencia y cercanía y se considera que de él podrían surgir varios relevos cuando el Presidente haga cambios en las dependencias más importantes.
Fuera de esos tres grupos hay pocos miembros del gabinete que se muevan de manera autónoma, uno de ellos sería el procurador Jesús Murillo Karam, y a últimas fechas también ha tomado fuerza propia Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de la Presidencia, al que originalmente se le ubicaba como cercano a Luis Videgaray.
La dinámica interna del gabinete peñista tal vez no sea la de la línea “Montessori” con que funcionaba el equipo de Vicente Fox ni tampoco la de los perfiles medianos del equipo calderonista, pero de que hay en el equipo del Presidente sus divisiones y sus luchas internas, no hay duda. Las disputas de poder están latentes y se agudizarán conforme avance el sexenio y comiencen a definirse temas como las elecciones intermedias del 2015 y, por supuesto, la próxima sucesión presidencial que algunos ya ven en marcha en la inocultable carrera entre Osorio y Videgaray.
NOTAS INDISCRETAS… En la fracción del PAN en el Senado hay movimientos. Un grupo de senadores está pidiendo un cambio en la coordinación parlamentaria porque no están muy contentos con Jorge Luis Preciado después de varios escándalos que ha protagonizado. De hecho, hay quien afirma que pasando la elección interna del PAN, si resulta reelecto Gustavo Madero, podría haber cambio en la bancada senatorial y a Preciado lo mandarían a buscar la candidatura del PAN en Colima para dar paso a un nuevo coordinador… Dados girando. Cuarta Serpiente de la semana.