MOSCÚ. Tropas de infantería, artillería, destacamentos mecanizados y unidades de paracaidistas, las fuerzas de elite rusas mejor preparadas para el combate, participan en unas maniobras de gran envergadura en varias regiones que limitan con Ucrania.

 

“Los comandantes de los destacamentos entrenan en la organización de diversos tipos de combate, (…) aprenden a pensar de forma no estereotipada, engañar al enemigo y lograr el factor sorpresa”, informó el Ministerio de Defensa ruso.

 

En otro gesto encaminado aparentemente a demostrar el poderío militar ruso, Moscú ha enviado seis cazas Su-27 y tres aviones de transporte militar a la vecina Bielorrusia para realizar, entre otras labores, misiones de espionaje aéreo.

 

Tras mostrar músculo en las fronteras de Ucrania, la Cancillería rusa anunció su disposición a acudir hoy a una reunión en Minsk de viceministros de Asuntos Exteriores de la postsoviética Comunidad de Estados Independientes (CEI), de la que forma parte Ucrania y en la que podría producirse un eventual primer contacto.

 

“Todo depende de la parte ucraniana, que en una nota del Ministerio de Exteriores aseguró que tal encuentro sería inaceptable”, señaló, sin embargo, la Cancillería rusa en un comunicado.

 

En Naciones Unidas, el embajador ruso, Vitaly Churkin, aseguró que “no quiere la guerra” con Ucrania, aunque defendió en el Consejo de Seguridad el derecho de Crimea a separarse debido al “vacío legal” de Kiev.

 

Churkin denunció el “violento derrocamiento del Gobierno legítimo por los radicales de Kiev” y aseguró que Rusia “no quiere exacerbar más la situación”, algo que consideró que han hecho otros durante los últimos meses.

 

Churkin acusó a “la propaganda occidental” de pintar una situación totalmente diferente a lo que ha ocurrido en Ucrania en los últimos meses, según la cual había una Ucrania “idílica” solo enturbiada por la “malvada Rusia”.

 

Hasta ahora, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, se ha negado a reunirse con su colega de Ucrania, ya que Moscú no reconoce como legítimas a las autoridades surgidas en Kiev tras el derrocamiento de Víktor Yanukóvich.

 

Ante las crecientes e incesantes presiones de la comunidad internacional, el presidente ruso, Vladímir Putin, planteó al Consejo de Seguridad de Rusia la necesidad de revisar las relaciones de Moscú con Occidente

 

“Vamos a pensar juntos sobre cómo afrontar nuestras relaciones con nuestros socios y amigos en Ucrania, y con nuestros socios en Europa y Estados Unidos”, apuntó el líder del Kremlin en una reunión a la que acudió toda la plana mayor del país.

 

El referéndum que se celebrará el próximo domingo en Crimea sobre su reunificación con Rusia se acerca inexorablemente y Moscú, que ha garantizado a las autoridades crimeas la adhesión del territorio, se ve cada vez más arrinconada por el resto del mundo, aunque mantiene la esperanza de que las sanciones se limiten al ámbito político.

 

“Estamos preparados para cualquier devenir de los acontecimientos. Pero mantenemos la esperanza de que serán sanciones políticas, y no un bloque más amplio que afecte a las relaciones económicas y comerciales”, dijo el viceministro de Economía ruso, Alexéi Lijachev. EFE

Referéndum de Crimea puede generar violencia

 

VIENA. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) advirtió de que el referéndum sobre la anexión a Rusia de Crimea este domingo pueda estar acompañado por episodios de violencia entre distintos grupos étnicos.

 

La Alta Comisaria para los Derechos de Minorías de la OSCE, la finlandesa Astrid Thors, indicó que tiene información sobre la posibilidad de que haya manifestaciones el sábado o el domingo que pueden “crear violencia o situaciones verdaderamente serias”.

 

Respecto a la situación de la minorías, Thors, que estuvo la pasada semana de visita en Ucrania, mostró su especial preocupación por los tártaros de Crimea por haber “manifestado una posición distinta a la de la mayoría de la población” de esa península.

 

De hecho, indicó que se está produciendo una salida de ancianos, mujeres y niños de esta etnia hacia otras partes de Ucrania. Un movimiento que aseguró no es masivo, pero sí alcanza una cifra considerable de unas mil 500 personas.

 

Thors señaló también que hay preocupación porque “grupos de cosacos se están comportando de forma cada vez más violenta” y aseguró no saber quién puede controlar el comportamiento de esos grupos.

 

La representante de la OSCE aseguró también que no puede excluir que la tensión étnica se extienda al Este de Ucrania, con amplia población rusoparlante, aunque señaló que la situación allí es diferente.