WASHINGTON. Más de 50 años después de realizar hazañas en el campo de batalla reconocidas por sus superiores, dos veteranos de la Segunda Guerra Mundial, nacidos en México, recibieron la más alta distinción de Estados Unidos a sus militares.

 

Los dos militares formaron parte del grupo de 24 veteranos de la Segunda Guerra Mundial y las guerras de Vietnam y Corea. Ambos fueron distinguidos con la Medalla de Honor, aunque sólo tres de los sobrevivientes fueron condecorados de manos del presidente Barack Obama.

 

“Es raro que tengamos la oportunidad de reflexionar en el extraordinario coraje y patriotismo de esta extraordinaria colección de hombres”, dijo el mandatario durante la ceremonia de entrega de las 24 medallas celebrada en el salón este de la Casa Blanca.

 

El grupo, el más numeroso en recibir esta condecoración desde la segunda guerra mundial, incluyó a 17 hispanos, entre los cuales figuraron el especialista Pedro Cano, y Jesús Durán, ambos nacidos en México y fallecido hace años.

 

Durán, nacido en Ciudad Juárez, México, recibió la presea póstuma por su valor como operador de ametralladora en una misión militar contra fuerzas vietnamitas el 10 de abril de 1969.

 

Cano, quien nació en La Morita, de la norteña ciudad mexicana de Tijuana, fue honrado con la medalla por la valentía de sus acciones durante una misión en la Segunda Guerra Mundial contra el enemigo en Schevenhutte, Alemania, el 3 de diciembre de 1944.

 

Los galardonados habían recibido antes la Cruz de Servicio Distinguido, el segundo mayor honor militar, pero un mandato del Congreso para revisar la lista de candidatos a esta distinción, zanjó las trabas que habían impedido que les fuera otorgada.

 

Obama explicó que dicho mandato tuvo como propósito “asegurar que el heroísmo de nuestros veteranos no fuera ignorado por prejuicios o racismo”.

 

El grupo de galardonados este día incluyó a un judío americano y un afro americano, el sargento Melvin Morris, uno de los tres sobrevivientes que fueron condecorados por Obama junto con los hispanos Santiago Erevia y José Rodello.

 

Obama encomió el coraje de los galardonados, “que desafía la imaginación”.

 

Añadió que “cuando uno lee el récord de estos individuos, resulta inimaginable el valor que desplegaron, corriendo entre balas, atacando puestos de ametralladoras y escalando tanques para destruirlos”.

 

Obama hizo notar que de los 24 galardonados, 10 murieron en combate o como consecuencia de sus heridas y no volvieron vivos al país, y uno de ellos, el soldado raso Joe Baldonado, quien peleó en Corea, aún aparece como perdido en acción. (Notimex)