PARÍS. El expresidente francés Nicolas Sarkozy parece hundirse cada vez más en líos judiciales tras divulgarse indicios de que trató de influenciar a jueces encargados de investigar casos de una cadena de corrupción en la que está involucrado.

 

La página web Mediapart publicó, a unos días de la primera vuelta de las elecciones municipales, el contenido de siete conversaciones entre Nicolas Sarkozy y su abogado.

 

En una de las conversaciones, el abogado del ex presidente califica de “bastardos” a los jueces de Burdeos que inculparon a Sarkozy en el marco del caso de abuso de debilidad de la que habría sido víctima la multimillonaria Liliane Bettencourt.

 

“La extrema gravedad de las acusaciones y sospechas que pesan sobre el ex presidente de la República es tal que los comentarios ahora deben abrir el paso a la verdad”, dijo la vocera del gobierno francés Najat Vallaud-Belkacem.

 

El espionaje telefónico, realizado entre el 28 de enero y el 11 de febrero, se realizó por orden judicial en una línea telefónica que el ex jefe de Estado conservador había abierto con el falso nombre de “Paul Bismuth” porque sabía que su teléfono oficial estaba intervenido.

 

Las conversaciones tratan sobre la demanda de la justicia francesa para que Sarkozy entregue sus agendas en el marco de varias investigaciones, como la indemnización millonaria por parte de un tribunal privado de arbitraje al empresario Bernard Tapie y las acusaciones de que su campaña electoral de 2007 fue financiada con dinero del entonces líder libio Muamar Gadafi.

 

Una de las conversaciones dio lugar a la apertura de una investigación judicial por violación del secreto de instrucción y tráfico de influencia, porque de ella se desprende que el juez Gilbert Azibert, del Tribunal de Casación (que decidirá si Sarkozy debe entregar sus agendas), informó al expresidente de cómo avanzaba su caso.

 

Según Mediapart, el abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, se felicita en una grabación del 29 de enero del “trabajo” de su informador (Azibert) y se muestra optimista e irónico, al considerar como probable la anulación por parte del tribunal de la orden de entregar las agendas, “a menos que el Derecho acabe triunfando”. “Una confesión que causa estupefacción”, según Mediapart.

 

En otra conversación, del 30 de enero, el abogado explica que “Gilbert” tuvo acceso a la opinión confidencial de un juez del tribunal, en el que pide la anulación de la entrega de las agendas.

 

“Eso dará trabajo a estos bastardos de Burdeos”, la ciudad donde está el tribunal que investiga el caso, añade el abogado.

 

En una conversación del 5 de febrero, según Mediapart, Nicolas Sarkozy se dice dispuesto a ayudar al magistrado Gilbert Azibert a obtener un puesto en Mónaco.

 

El periódico Le Monde, que reveló inicialmente el caso, tituló el miércoles en primera plana que “el contenido del espionaje telefónico hunde a Nicolas Sarkozy”.

 

Para el diario de izquierda Liberation, estas intervenciones telefónicas “revelan ahora todos los elementos de un escándalo de Estado que la propia derecha no podrá negar”.

 

Una fuente judicial confirmó a la veracidad de los apartes publicados por Mediapart.