La Dirección de Inspección Policial de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal acordó archivar la denuncia en contra del elemento que agredió a una reportera de este medio, ocurrida durante el desalojo de los maestros de la CNTE en el Monumento a la Revolución, el 5 de enero pasado.
A través de un oficio emitido el 13 de marzo pasado y firmado por José Sergio López Samaniego, director de Supervisión y Seguimiento de Denuncias, la dependencia respondió que “no existen elementos probatorios para acreditar conducta alguna que contravenga los principios de actuación policial, por lo cual se encuentra imposibilitada para fincar responsabilidad administrativa alguna en contra de elementos adscritos a esta secretaría”.
El pasado 5 de enero, durante el operativo para retirar el plantón de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), elementos de la SSP-DF agredieron a la reportera Gabriela Rivera, ocasionándole una fractura en el codo izquierdo, además de que robaron el teléfono celular con el que realizaba su trabajo.
La dependencia argumentó que todos los elementos que participaron en el operativo para retirar el plantón instalado en la plaza son granaderos que portaban el uniforme característico: uniformes y chalecos negros. De igual manera asegura que ningún policía ingresó o desalojó a las personas del campamento.
Sin embargo, las notas periodísticas y las fotos publicadas en los portales, así como en los medios impresos y la televisión, dan cuenta de que había policías que no portaban el mismo uniforme que describe la secretaría, también hubo elementos que portaron uniformes azul marino y chalecos negros que retiraron carpas y que aparecen en las imágenes donde hubo un conato de enfrentamiento con los manifestantes.
De igual manera, la SSP entregó a la Fiscalía para la Investigación de Delitos Cometidos por Servidores Públicos, de la Procuraduría General de Justicia del DF, una copia del video grabado por la cámara de vigilancia del lugar, cuya imagen se congela minutos antes de que ocurriera la agresión a la reportera.
Hace dos semanas una persona que no quiso identificarse llamó a las oficinas de este periódico para señalar que el policía involucrado en la agresión ya había sido enviado a otro estado de la República.