El dirigente nacional del PRI, César Camacho, dijo que si bien el partido tricolor quiere interlocutores fuertes y que tengan un gran respaldo en sus respectivos partidos, la decisión de quién será el próximo presidente nacional del PAN corresponde sólo a sus militantes.
De esta manera, Camacho Quiroz deslindó al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de cualquier intento de injerencia en la contienda que sostienen Gustavo Madero y Ernesto Cordero por la presidencia nacional del partido blanquiazul.
Entrevistado en el marco de la primera sesión presencial de la segunda generación de la Escuela Nacional de Cuadros, que se llevó a cabo en el Teatro de la República de la ciudad de Querétaro, el presidente nacional priista también se refirió a las elecciones de 2015.
Al respecto dijo que el partido tricolor tiene como meta recuperar la mayoría en la Cámara de Diputados y alzarse con la victoria en la mayoría de gubernaturas y elecciones locales.
“Sabiendo que hay un régimen democrático de gran competencia no podríamos ganarlo todo, pero vamos a postular a todos los candidatos, siendo muy honrados y derechos con ellos, porque a nadie dejaremos solo para que pierda, pero nos someteremos al escrutinio de las urnas”, dijo.
De ahí que “queremos ser realistas y vamos a postular a los mejores candidatos, muchos jóvenes, mujeres y vamos a llegar tan lejos como nos permita el electorado”, subrayó.
Más adelante, dijo que a los jóvenes priistas que merecen tener un PRI en muy buenas condiciones, pero “no llevar la carga pesada que pudimos haber generado los priistas de otro tiempo”.
“Estos jóvenes limpios, bien preparados, talentosos y que han hecho de la política una vocación, merecen oportunidades y quienes tenemos cargos de dirigencia estamos obligados a hacer las cosas muy bien para no darles a ellos y a otros priistas motivos de vergüenza”, resaltó.
Sostuvo que los jóvenes no son reserva sino activo de la política, por lo que les dijo “ustedes representan el nuevo rostro del PRI que los mexicanos quieren ver”.
A estos jóvenes de la segunda generación “les doy la bienvenida al barco de la transformación que tiene rumbo y cuyo destino es México”, al tiempo que afirmó que el destierro de la improvisación se logra con capacitación.