En Silvia Hernández Enríquez, en sus palabras y sobre todo por su presencia, se condensó lo más simbólico del acto con que los priistas conmemoraron ayer el XX aniversario luctuoso del sonorense: el arropamiento a los colosistas.
No llegaron todos al Claustro de Sor Juana, pero sí algunos. Personajes como Samuel Palma, María Angélica Luna Parra, Eliseo Mendoza Berrueto, Romeo Flores Caballero e, incluso, figuras como el ex secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco (ahora panista), Jorge Alcocer (del PSUM en la LIII legislatura) o Ramón Sosamontes (ex perredista), se mezclaban con los priistas de hoy.
Y era significativo porque, quizás algunos no lo sepan, tras la muerte de Luis Donaldo Colosio muchos “colosistas” se alejaron del PRI y abandonaron incluso la política. La propia familia de Colosio sigue sin querer acercarse mucho al partido, a pesar de los esfuerzos del presidente de la Fundación Colosio, Adrián Gallardo.
La propia Silvia Hernández -ex secretaria de Turismo y ex dirigente del sector femenil del PRI- puso distancia de por medio porque, como ella misma diría, “durante un buen tiempo pensé que la política era despreciable y que la bala que mató a Colosio me había dejado vacía”.
Pero ayer, ella y otros volvieron, aun y cuando no pocos llevan en el alma agravios aún no superados. Fueron oradores incluso (Palma, Alcocer y Hernández) ante la presencia del líder nacional del PRI, César Camacho, y la secretaria general, Ivonne Ortega.
Testigos, algunos de los ex presidentes del partido: Gustavo Carvajal, Roberto Madrazo, Fernando Ortiz Arana, María de los Ángeles Moreno, Humberto Roque Villanueva. (Faltaron Santiago Oñate, que está en Europa; Beatriz Paredes, que está en la embajada en Brasil, y Jorge de la Vega, (de quien no supimos el por qué de su ausencia).
Ante ese entorno, Hernández, con un discurso cálido, encantador, humano -uno de los más bellos que hayamos escuchado en los últimos días a propósito del finado candidato presidencial del tricolor- cerró su participación con una licencia que se tomó a propósito de lo que habría dicho y hecho Colosio al terminar este acto:
“Le habría dado una palmada a Gallardo porque todo salió bien, un abrazo a César Camacho, como líder del partido, y a todos nosotros nos habría animado a mantenernos unidos para ganar el futuro”.
Se llevó los aplausos la queretana.
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MADRAZO, MUY SOLICITADO.- Roberto Madrazo fue uno de los más solicitados entre sus compañeros priistas. Abrazos y fotos al por mayor obsequió el ex candidato presidencial al término de la ceremonia conmemorativa del XX aniversario luctuoso de Colosio.
¿Qué palabra elegiría el tabasqueño para calificar a Luis Donaldo? Se lo preguntamos y nos dijo: “¡Valentía!”
¿Por qué? “Porque enfrentó al sistema político para poder transformarlo desde dentro”, apuntó Madrazo.
-Y le costó… -apuntamos.
-¡Bastante! Lo recordamos por eso, añadió a su vez el tabasqueño. Y ya no alcanzó a decir más porque los abrazos lo envolvieron de nuevo.
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PA’ QUE VEAN QUE ERA PLURAL.- La presencia de Diódoro Carrasco en el evento de Colosio era la que más llamaba la atención entre los políticos priistas.
El ex gobernador de Oaxaca procuraba no llamar la atención (permanecía sentado entre la gente por ahí de la fila 10), pero no faltaba quien se diera cuenta de su presencia y corriera la voz.
“¿Ya viste quién está ahí?”, comentaban. Las miradas se posaban en él y hacían bromas o comentarios entre ellos: “Pa’ que vean que Colosio era plural”.
-¿No se siente incómodo? -le preguntamos.
-No, por qué, si muchas veces los encuentro en actos sociales… -contestó el blanquiazul.
Sin embargo, en su derredor se hacía el vacío. Prácticamente ningún priista se acercó a saludarlo.
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COLOSIO NO ERA FOTOGÉNICO.- Concordábamos con la guerrerense Guadalupe Gómez Maganda: Colosio no era fotogénico.
Venía a cuento el comentario -a fin de cuentas entre mujeres estábamos- porque ¡por fin! habían encontrado una fotografía en la que Colosio se veía atractivo y sonriente. Y esa era precisamente la que presidía este acto.
En cambio -y en ello concordaban también Beatriz Pagés y Silvia Hernández- los monumentos que se le han hecho a Colosio y que hay por distintas partes del país ¡son horrendos! Habría que demolerlos y hacer nuevos bustos “que le hagan justicia” a su carisma.
Porque de eso no hay duda, Donaldo tenía una linda sonrisa y era carismático. Y eso no han logrado transmitirlo los priistas. Es más, apuntó Silvia Hernández: “Hay veces que veo un monumento dedicado a él y digo ‘no eres tú’”.
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GEMAS: Obsequio de Luis Donaldo Colosio. Párrafo de una carta a su padre fechada el 17 de noviembre de 1972: “(…) es 20 de noviembre, día en que se celebra la muerte de más de un millón de mexicanos; que se hace gala de demagogias; que se reiteran esperanzas y creo que también se celebra el aniversario de una revolución… frustrada!”.