Ernesto Ruffo Appel, quien fuera en 1994 gobernador de Baja California, entidad donde mataron a Luis Donaldo Colosio, asegura que este evento permanecerá en la penumbra y quedará por siempre la sensación de que el magnicidio fue por un asunto de poder.
En entrevista con 24 HORAS, el hoy senador panista advierte que 20 años después del asesinato de Colosio todavía hay duda en cuanto a las razones detrás de ese magnicidio. “Está claro que el autor material fue el señor (Mario) Aburto, pero es difícil aceptar y creer que las motivaciones de él eran suficientes. Es difícil creer la historia particular del señor Aburto, un hecho de esa magnitud deja espacio a mucha especulación”.
Ruffo Appel describe su experiencia como gobernador de la entidad y aunque admite que sentía una responsabilidad directa en el caso, asegura que el propio ex presidente Carlos Salinas de Gortari quitó de sus manos la investigación.
“Me tocó ser el gobernador del lugar donde ocurrió el magnicidio. Yo en ese momento como gobernador de Baja California sentí una gran responsabilidad. Me tocó vivir la tensión, pude hablar con el presidente Salinas, le dije que por motivos de la gravedad del asunto le ofrecía que tomaría la investigación. Sentía yo una responsabilidad directa en cuanto al ser responsable de gobierno de Baja California. En ese instante el presidente, en el teléfono, me dijo que él había ya pedido la facultad de atracción”, manifestó.
El senador panista recordó que el mayor reto en su último año de administración (1995) fue coadyuvar en el esclarecimiento de los hechos, toda vez que señalaban en un principio como responsables a policías de la entidad.
“Ser el representante ejecutivo del estado me hacía sentir el peso de la responsabilidad institucional de que todo esto se aclarara para que no quedara duda de las autoridades de Baja California, me dediqué todos esos días a apoyar la investigación, a otorgar la mayor información que me fuera posible”.
Ruffo Appel confiesa que aún guarda la declaración que rindió hace 20 años. Una declaración que el mismo requirió. Guarda el testimonio que rindió a las autoridades sobre todo lo que pudiera abonar a las líneas de investigación que llevara la Procuraduría General de la República. “Yo puedo estar tranquilo”.