En estas fechas es pertinente preguntarse qué pasó con los casi 70 millones de pesos con los que se financió el último filme sobre la tragedia de Colosio. En menos de tres meses, literalmente, se improvisó una producción que fue posible por la probada eficacia de Mónica Lozano. Hoy se sabe que el filme recaudó durante su exhibición 51 millones de pesos. ¿Y lo demás? O acaso fue apenas un ardid electoral.
Una de las figuras que más criticó el procurador Murillo Karam a principios de la actual administración fue la del arraigo y el uso de testigos protegidos. Apenas en diciembre declaraba que la figura del arraigo debía desaparecer y debieran privilegiarse los instrumentos modernos, la tecnología, la ciencia, pero fundamentalmente el talento, vocación y pasión. En el sexenio pasado hubo casi 4 mil arraigos que solicitó la PGR y sólo en poco más de 120 casos se actuó penalmente. ¿Qué le habrá hecho cambiar de opinión?
En política la forma es fondo. El jueves Enrique Horcasitas, director destituido del Proyecto Metro, llegó apenas con sus abogados a la comparecencia sobre las fallas en la Línea 12 que solicitó la Asamblea Legislativa, ni siquiera estuvo presente Manuel Granados, presidente de la Comisión de Gobierno. En contraste, un día después, Granados acompañó personalmente a Joel Ortega, actual director del Metro, ante la Comisión Especial que investiga las fallas. Fácil suponer quién tiene el apoyo del gobierno actual.
La Línea Dorada está desgastando algo más que los rieles. Los Chuchos, Jesús Zambrano y Jesús Ortega, aprovechan para ir en contra de Marcelo Ebrard. Sus cercanos diputados locales David Ordoñez y Esthela Damián solicitaron la comparecencia del ex Jefe de Gobierno. Dice el primero, “no quiero formar parte de una Comisión investigadora de mentiras o de chocolate, quiero ver a los responsables en la cárcel, sin importar su nombre”. ¿Será?