ESTAMBUL. “Intervenir teléfonos a altos cargos es una declaración de guerra abierta contra el Estado turco”, declaró el ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, a la emisora pública TRT Haber.

 

El ministerio confirmó en una nota que la conversación se produjo y tuvo por objeto evaluar los riesgos y amenazas procedentes de Siria y, en concreto, la protección de un pequeño enclave turco, pero aseguró que en la grabación hay varias partes que “han sido manipuladas”.

 

La información facilitada por el departamento de Exteriores no detalla qué partes de la grabación están manipuladas ni desmiente las afirmaciones vertidas en los 15 minutos de conversación, difundidos en Youtube en dos vídeos.

 

La filtración “es un ataque vil contra la seguridad nacional; es una actividad de espionaje y un crimen extremadamente grave. Las redes que han hecho esto son enemigos del Estado y la nación”, prosigue el comunicado. El propio Erdogan continuó con soflamas similares: “Han publicado algo hoy (jueves) en YouTube. Era una reunión dedicada a la seguridad nacional (…) es un acto infame, cobarde, inmoral”. “Iremos a buscarles hasta en sus cuevas”, lanzó, sin nombrarlos, a los autores de la filtración.

 

Aparte del propio Davutoglu, en la conversación participan el subsecretario de Exteriores, Feridun Sinirlioglu; el jefe de los servicios secretos, Hakan Fidan, y el vicejefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Yasar Gürel. En la conversación se prepara una estrategia de comunicación en la que Turquía denunciaría un ataque de Siria a su territorio lo que ayudaría a detonar y justificar una reacción militar de Turquía en Siria.

 

“Se identificará cuanto antes a los agresores a la seguridad de la nación, se entregarán a la Justicia y recibirán el castigo más grave en el marco legal”, concluye la nota.

 

Al mismo tiempo, el Consejo Audiovisual de Turquía (RTÜK) emitió una orden que prohíbe a los medios de comunicación difundir “la grabación de la conversación que tiene lugar entre el ministro de Exteriores, el jefe de los servicios secretos y autoridades militares”.

 

Desde la ciudad Diyarbakir, al sureste de Turquía, Erdogan participó en una reunión de campaña antes de los comicios municipales del domingo. Fue ahí donde preguntó: “¿A quién le sirve espiar así?”, añadió el jefe del gobierno, en referencia a su exiliados de la organización del predicador musulmán Fethullah Gülen, acusados de ser responsables de la publicación, desde hace semanas, de grabaciones que implican al gobierno islamista conservador turco y a su jefe en un amplio escándalo de corrupción.

 

La publicación de esta grabación el jueves causó el bloqueo, por orden del gobierno turco, de la plataforma YouTube, una semana después de bloquear la red social Twitter en Turquía, que provocó numerosas críticas en el mundo entero. En una declaración por correo electrónico, Abbi Tatton, vocera de Google Inc. propietaria de YouTube, dijo que la compañía ha visto versiones de que algunos usuarios en Turquía no pudieron ingresar a la página de videos.

 

“No hay problemas técnicos por nuestra parte y estamos estudiando la situación”, afirmó.

 

En efecto, no se trataba de problemas técnicos. Por la mañana, la Dirección de Telecomunicaciones (TIB) de Turquía comunicó a las empresas proveedoras de internet que cerraría la dirección de YouTube.

 

La TIB anunció en su página web que ha tomado esta medida por iniciativa propia y sin basarse en decisiones judiciales, algo posible bajo la nueva ley de telecomunicaciones, aprobada el mes pasado, aunque la norma prevé que ese tipo de decisiones deben ser ratificadas por un juzgado en un máximo de 48 horas.

 

El bloqueo del popular canal de vídeos aún puede evitarse mediante un simple cambio de los parámetros DNS en el ordenador, un truco habitual para parte de los internautas turcos.

 

Twitter se estrella

 

ESTAMBUL. La actividad de la red social Twitter en Turquía ha caído a la mitad de lo habitual cuando se cumple una semana del bloqueo impuesto por la administración turca, informó el periódico Hürriyet.

 

Aunque la caída fue solo del 30% en las primeras 24 horas del bloqueo, en los siguientes días, la actividad se fue reduciendo de los 1.2 millones de mensajes habituales hasta menos de 550.000, asegura el citado diario, citando fuentes de la empresa de análisis Semiocast.

 

La reducción de la actividad se debe a que el primer día era muy fácil acceder a la red, cambiando los parámetros del DNS (“Domain Name System” en inglés) en el ordenador, pero el Gobierno turco fue bloqueando alternativas y también la dirección IP de Twitter, lo que obliga a utilizar herramientas de navegación anónima más avanzadas.

 

Al tercer día del bloqueo, los mensajes en turco ya sólo representan el 1.58 % de todos los “tuits” emitidos en el mundo, cuando lo normal es el 3%, añade el diario.

 

Turquía, con unos 12 millones de usuarios de Twitter, es el undécimo país del mundo que más tiene, y el presidente, Abdullah Gül, es el tercer jefe de Estado con más seguidores, tras los de EU e Indonesia.

 

Pese a que un juzgado de Ankara ordenó ayer anular el bloqueo de Twitter al fallar que “vulnera los fundamentos del Estado de derecho”, la red sigue cerrada, y algunos expertos estiman que las autoridades tienen hasta treinta días para cumplir la sentencia.

 

Al mismo tiempo, prosiguen las negociaciones entre el Gobierno turco y los abogados de Twitter, a raíz de las que la empresa estadounidense ha retirado dos contenidos que vulneraban sus propias normas, aparentemente de carácter privado.

 

Pero también ha bloqueado sólo para usuarios de Turquía el acceso a una cuenta muy utilizada en el último mes para difundir grabaciones anónimas de supuestas conversaciones del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, que según la oposición demuestran su implicación en redes de corrupción.

 

El efecto de esta medida es de momento imperceptible, dado que quien accede ahora a Twitter desde Turquía lo hace mediante navegación anónima, no como usuario turco.

 

A la vez, Twitter ha interpuesto dos denuncias en Turquía: una contra la orden judicial que obliga a bloquear la citada cuenta, otra contra el cierre de su web en general. EFE