WASHINGTON. El presidente de EU, Barack Obama, presentó formalmente la propuesta que su Gobierno enviará al Congreso para poner fin al espionaje masivo y acumulación de datos telefónicos por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).

 

Los detalles de la propuesta ya habían sido adelantados esta semana por la prensa estadunidense y ayer Obama confirmó, en un comunicado, que su propósito es que esos datos dejen de estar en manos del Gobierno y permanezcan bajo el control de las compañías telefónicas.

 

“He decidido que el mejor camino a seguir es que el Gobierno no debe recoger ni almacenar esos datos de forma masiva”, precisó Obama, que hoy visitó al papa Francisco en el Vaticano en el marco de una gira por Europa y Arabia Saudí.

 

Bajo el plan de Obama serán las compañías telefónicas las que mantengan el control sobre esos datos y los conserven por un periodo máximo de 18 meses, como establece la legislación actual, y la NSA únicamente podrá acceder a ellos en circunstancias específicas aprobadas siempre por un juez.

 

En un discurso en enero pasado, Obama ya anticipó que había que buscar la forma de que la NSA dejara de tener el control sobre esos registros telefónicos, pero sin mermar la utilidad que, a su juicio, tiene esa herramienta para la lucha antiterrorista.

 

Obama fijó entonces un plazo, que vencía este viernes, para que el Departamento de Justicia y los organismos de inteligencia le presentaran posibles reformas.

 

Los cambios por los que se ha decantado el Gobierno “asegurarán que tenemos la información que necesitamos para satisfacer nuestras necesidades de inteligencia, al tiempo que mejoramos la confianza ciudadana en la forma en que se recolecta y gestiona esa información”, sostuvo Obama en el comunicado.

 

Además, el presidente indicó que ha ordenado al Departamento de Justicia volver a autorizar el programa existente de recolección de datos de la NSA durante 90 días más para dar tiempo al Congreso a aprobar una nueva normativa con las modificaciones propuestas.

 

El alcance y los detalles de los programas de espionaje masivo de la NSA, la mayoría puestos en marcha a raíz de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, quedaron expuestos el año pasado con las filtraciones de Edward Snowden, exanalista de esa agencia actualmente asilado en Rusia.

 

Las revelaciones de Snowden causaron malestar dentro y fuera de EU, y obligaron al Gobierno de Obama a revisar esos programas y plantear reformas.