El lanzamiento es muy significativo. El flamante nuevo CEO de Microsoft, Satya Nadella, anunció la disponibilidad de uno de sus proyectos estrella, Office, para usuarios de sistemas operativos diferentes a Windows, específicamente, iOS de Apple, y Android de Google.

 

Desde su llegada, el ejecutivo ha hecho énfasis en dos estrategias clave: “Cloud first, mobile first”, o en otras palabras, delinear la toma de decisiones de la compañía pensando en dos de las realidades más importantes de la era de internet, el cómputo de datos almacenados en “la nube”, o servidores virtuales que permiten acceder a aplicaciones y servicios desde cualquier dispositivo y en cualquier momento.

 

Office para iPad se ofrecerá en el llamado formato “freemium”, aquel que cuenta con una versión gratuita, que permitirá que los usuarios de iPad visualicen documentos de Word, Excel, y Power Point, o bien, editar los mismos mediante una suscripción con costo a su servicio de Office 365, que permite contar con el producto en diferentes dispositivos por un espacio de tiempo determinado. Sumado al lanzamiento de Office para iPad, Nadella anunció la disponibilidad de su versión gratuita para teléfonos inteligentes con el sistema Android de Google, así como para el iPhone de Apple. Nadella claramente, manda una señal congruente con su estrategia de “Mobile first, cloud first”, y de paso, rompe tabúes que por años habían estado presentes en algunas de las decisiones más importantes de Microsoft.

 

Las primeras señales del mercado de consumo, analistas, e inversionistas, acerca del lanzamiento comenzaron hace unos días, que empezara la especulación acerca de la disponibilidad del producto, al darse un incremento importante en el precio de la acción de la empresa de Redmond, Washington (por primera vez, desde el año 2000, por encima de los 40 dólares). Anteriormente, el mercado de consumo dio la sorpresa de que OneNote, también recientemente lanzado para usuarios de Apple, se convirtió en la más descargada de la tienda de aplicaciones de la compañía de la manzana. Por otro lado, analistas como Ross Macmillan de Jefferis, una firma neoyorkina de inversión, estima que la decisión podría representar alrededor de 4 mil millones de dólares anuales al año, para Microsoft. Con esa cifra, suena complicado pensar por qué la compañía no se decidió a hacerlo antes.

 

Más allá de lo que finalmente pueda ocurrir en términos de negocio con esta decisión, y el impacto a otras estrategias de la compañía, (el lanzamiento reciente de su muy mejorada tableta Surface, por ejemplo, e incluso, el aceleramiento en el declive en la compra de PCs), el momento marca un hito importante en la historia de Microsoft, y quizá representa una de las más importantes diferencias en las visiones de Steve Ballmer, quien dejara la presidencia de Microsoft hace unos meses, y Satya Nadella. Vivir del pasado, o arriesgar hacia el futuro. Crecer el negocio basado en el esquema cerrado que muchos años funcionara, en la era del reinado de Windows, o pensar en que el mundo ha cambiado y la oferta de servicios de tecnología se mueve a través de múltiples dispositivos y ecosistemas. El negocio “seguro” a corto plazo, o la innovación que arriesga al largo. Y quizá uno de los contrastes más importantes entre ambos ejecutivos, la obstinación por las ideas propias, o el caramelo que los inversionistas de la compañía, quieren.

 

Dato

El momento marca un hito en la historia de Microsoft, y quizá representa una de las más importantes diferencias en las visiones de Steve Ballmers y Satya Nadella