Nadie, o casi nadie, pone en duda la probidad intelectual, profesional y ética de quienes integran el Comité Técnico de Evaluación que el diputado Silvano Aureoles Conejo (PRD), presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Diputados, dio a conocer el 20 de febrero pasado.

 

Fueron siete nombres seleccionados para calificar a los aspirantes a Consejero Electoral en el nuevo Instituto Nacional Electoral (INE) que habrá de sustituir al Instituto Federal Electoral (IFE) –en lo que se da un paso trascendente en la vida democrática del país: cambiarle el nombre–.

 

Hay ahí nombres que se han distinguido por su trabajo intelectual, académico, político y, en algunos casos, con vínculos en lo electoral de México. Todos ellos, o casi todos ellos, rechinan de limpio en su Curriculum Vitae…

 

Aun así, ahí están las preguntas que nos hacemos muchos aquí, a unos días de que se conozca quienes serán los organizadores y vigilantes de los procesos electorales de México.

 

¿Qué fue lo que pasó con la lista inicial de 307 aspirantes a Consejeros, la que el lunes 24 de marzo se redujo a 11 quintetas con 50 candidatos a ser el gran arbitro nacional? ¿En dónde quedaron nombres también relucientes de gente docta, capaz, vocada y a prueba de incertidumbres o dudas y en su lugar aparecen nombres también de capaces pero que, sin ninguna duda, no podrían competir con muchos de los caídos en primera lid?

 

¿Cuál fue el procedimiento de selección? ¿El de repartición de cuotas? ¿Cuáles son las categorías que se calificaron y en  base a qué criterios democráticos de elección de capacidades y virtudes y conocimientos y ética hicieron la selección y harán la selección final que deberá estar lista para abril… o para mayo?

 

¿Es que acaso la contaminación del partidismo nacional impactó en este grupo de los Siete, entre los cuales, claro está, hay gente que ha estado vinculada o es afín a partidos políticos?

 

¿Están convencidos los siete seleccionadores (José Antonio Lozano Diez, Tonatiuh Guillén López, Enrique Cárdenas Sánchez, María Soledad Loaeza Tovar, Jorge Moreno Collado, Alejandro González Alcocer y Ricardo Becerra) de que los nombres que están quedando para finalistas son los que deben estar, por el bien del país, de los mexicanos y de la democracia todavía no consolidada aquí? ¿Seguro? ¿Lo juran y lo requetejuran o que el futuro se los demande?

 

¿Cómo interpretan los Siete el azoro que nos causa que entre los finalistas, por ejemplo, predominen los nombres de representantes o vinculados o recomendados de partidos políticos, no todos de alto calibre, y de quienes ya han sido Consejeros Electorales del Instituto Federal Electoral…?

 

…Los mismos Consejeros Electorales del IFE que apenas hace unas semanas juraban y perjuraban que no contenderían para ser Consejeros Electorales en el Instituto Nacional Electoral (INE) al mismo que descalificaban todavía en diciembre del año pasado cuando decían que:

 

“La creación del INE contiene múltiples imprecisiones y carece de claridad, lo que puede poner en riesgo la operación de las elecciones mexicanas (…) lo que redundará en baja efectividad de la regulación electoral, desconfianza y un vacío de legitimidad en la renovación de los poderes locales, que además afectaría gravemente a las elecciones federales…

 

“El cambio en el nombre de la institución –dijeron los Consejeros del IFE- vulnerará la aceptación social de la autoridad y una pérdida de inversión pública…”

 

El análisis, según Rafael Cabrera, fue suscrito por la presidenta provisional del organismo María Marván y los consejeros Lorenzo Córdova, Benito Nacif y Marco Antonio Baños. Ellos están en la nueva lista y muy probablemente uno de ellos será el presidente del nuevo INE. ¿Está bien?

 

… Lo dicho… hace ya tiempo que los partidos políticos de México no representan a la gran mayoría de la voluntad nacional, ni son interlocutores entre la sociedad y el gobierno y mucho menos defensores de las mejores causas nacionales… Hace mucho…

 

Y esta es una tarea incumplida del IFE y, con todo esto, muy probablemente será incumplida por el INE: la del fortalecimiento del sistema de partidos en México… Se gastó mucho dinero todos estos años para ‘fortalecer’ algo que no estaba fortalecido, que no estaba bien, que no funcionaba y que, por lo mismo tenía que corregirse: no fue así, pero fue a peor…

 

Los partidos políticos, que es decir, sus dirigentes lo han contaminado todo en los institutos autónomos. Son cuotas de poder que significan retroceso en la democracia mexicana. Y si antes no se había consolidado, no lo será ya porque si querían quitarle el poder electoral a los gobernadores, ahora lo han trasladado a ellos mismos, los partidos políticos, que a través de los nuevos Consejeros de partido serán los electores del entramado electoral de todo el país…

 

Trasladando, al mismo tiempo, al ambiente electoral nacional, los vicios, intereses, corruptelas, chanchullos y ambiciones de poder codificados… Todo en un jarrito, sabiéndolo acomodar…

 

Así que no es tiempo de aplausos, es tiempo de grandes preocupaciones porque los mexicanos permitimos la creación de un monstruo nacional generador de conflictos en las 333 campañas federales de México, en la fiscalización de 2,457 campañas municipales, en las de 32 gobernadores y para 1,100 diputados locales. Ni más, ni menos… para abril… o para mayo.