GINEBRA. Médicos Sin Fronteras considera que el brote de ébola de Guinea Ecuatorial, que se extendió a Liberia (donde la Organización Mundial de la Salud confirmó dos muertos) y Sierra Leona, ambos países fronterizos, constituye una “epidemia sin precedentes”.

 

El coordinador de la asociación en Conakry (capital de Guinea), Mariano Lugli, alertó sobre la distribución de casos en el país: la vasta propagación del brote es preocupante, ya que dificultará el trabajo de las organizaciones que tratan de controlar la epidemia.

 

En Guinea, el virus se ha extendido en cuatro prefecturas (de 33, que se agrupan en ocho regiones): Gueckedou, Macenta Kissidougou, Nzerekore y Conakry.

 

Médicos Sin Fronteras envió a 60 profesionales entre sanitarios, expertos en saneamiento y antropólogos. La ONG fletó 40 toneladas de material para tratar de contener la dispersión de la enfermedad.

 

Esta enfermedad no tiene vacuna ni tratamiento conocido. “Hasta la fecha, las autoridades sanitarias guineanas han contabilizado 122 pacientes sospechosos y 78 muertes”, recalcó Médicos Sin Fronteras.

 

Los números son mayores que los ofrecidos el domingo por el presidente Alpha Condé, que habó de 72 muertos y 112 casos infectados. Según Condé, la ayuda internacional ha permitido al gobierno tomar las medidas necesarias para controlar la epidemia y afirmó que el país podía ser “optimista” de cara a una rápida resolución del problema.

 

La ONG, que trabaja en Guinea desde 2001, ha dicho que el brota es la cepa de Zaire del ébola, que es “la forma más agresiva y letal conocida del virus”. Según Michel Van Herp, epidemiólogo de la organización, esta mutación mata a más de 90% de personas infectadas. “Para detener el brote es importante rastrear la cadena de transmisión”, declara Van Herp. “Todos los contactos de pacientes que han podido ser contagiados se deberían supervisar y aislar ante el primer signo de la infección”.

 

El virus del Ébola surgió por primera vez en 1976 en Zaire (actual República Democrática del Congo) y Sudán. Se transmite por contacto directo con la sangre y los fluidos y tejidos corporales de personas o animales infectados. La cepa de Zaire tiene uno de los índices de mortalidad más elevados de los virus patológicos humanos.