Un operativo militar, implementado al menos en dos fases en Querétaro, culminó con la posible muerte de Enrique Plancarte, alias El Kike, líder operativo de Los Caballeros Templarios. Con su caída, Servando Gómez Martínez, La Tuta, se convierte en el último capo del grupo que falta por ser capturado.
Hasta el cierre de esta edición, peritos de la Procuraduría General de la República (PGR) realizaban las pruebas de identificación pericial, aunque resultados preliminares confirmaron que el criminal abatido era Plancarte.
Autoridades federales corroboraron a 24 HORAS que en una operación, iniciada con información de inteligencia sobre el desplazamiento de los líderes del cártel, se detectó su posible escondite en Querétaro, concretamente en el municipio de Colón, el cual es colindante con Guanajuato y se encuentra a poco menos de medio hora de la capital queretana.
Aproximadamente 35 elementos pertenecientes a la unidad de Fuerzas Especiales de la Armada de México, con el apoyo perimetral de medio centenar de efectivos del Ejército Mexicano, y la asistencia aérea de dos helicópteros Black Hawk, rodearon desde las primeras horas del domingo la colonia Barrio de las Cruces, en el referido municipio.
Personal ministerial de la PGR contaba, según fuentes de la dependencia, con órdenes de cateo en al menos dos domicilios de la calle Prolongación Puebla.
Medios locales indicaron que según vecinos de esa zona, a las viviendas inspeccionadas llegaron hace dos semanas hombres que eran originarios de Michoacán, al menos se habían percatado de por lo menos un vehículo con placas de esa entidad.
Dos fases
La primera incursión, confirmaron a este diario fuentes federales, concluyó con la detención de dos personas que fueron trasladadas a las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de delincuencia Organizada (SEIDO). El operativo militar se mantuvo en el área.
“Estas personas confirmaron en sus declaraciones que eran integrantes de una célula operativa de Los Caballeros Templarios al mando de Plancarte, y confirmaron que llevaban tiempo trasladándose a varios puntos para eludir a las fuerzas federales”, indicó un mando ministerial con conocimiento del caso.
En una segunda fase, la madrugada del lunes, elementos de fuerzas especiales de la Armada desarrollaron un despliegue en diversos puntos del municipio, ante la evidencia de que el líder templario seguía en la localidad y que debido al cerco no podría haberse fugado.
Previamente, pero sin revelar la naturaleza de la incursión, se solicitó a casi un centenar de policías municipales que sellaran todas las salidas de la localidad. Además se alertó a la Policía Federal, en caso de que se iniciara una persecución en carretera.
Un campo llanero de futbol, una iglesia y por lo menos cuatro colonias se ubicaron entre los puntos que revisaron los marinos y soldados. El estado de fuerza se incrementó a casi 200 elementos de distintas corporaciones.
Fue en este despliegue donde se ubicó a Plancarte, al parecer tratando de escapar y presuntamente resistiéndose al arresto. Los detalles precisos del abatimiento no se dieron a conocer hasta el cierre de esta edición y será hasta hoy que se dé una conferencia de prensa.
En la PGR indicaron que preliminarmente se identificó a la persona caída como Enrique Plancarte, pero se llevarán a cabo todos los protocolos de identificación pericial para su confirmación oficial.
La clave
La pista más sólida sobre la ubicación de Plancarte se obtuvo a partir de la captura de uno de sus lugartenientes el pasado 29 de marzo. Se trata de Samuel Díaz Benítez, quien ofreció un millón de pesos a las fuerzas federales a cambio de su libertad.
Al interrogarlo, explicaron las fuentes consultadas, confesó que era operador financiero de Enrique Plancarte. Después de un intenso interrogatorio, confesó que el líder de los Templarios se encontraba en un pueblo de Querétaro llamado Colón.