El consorcio certificador de la Línea 12 reconoció que avaló la obra conociendo la existencia de desgaste ondulatorio en los rieles, por lo que notificaron el problema y sugirieron a las autoridades darle mantenimiento preventivo a la línea para evitar ese fenómeno.

 

Respecto a las pruebas realizadas a los trenes transportando carga falsa, el representante de las certificadoras indicó que dentro de los alcances de su contrato, el cual tuvo un costo de 119 millones de pesos, no estuvo contemplada la revisión del diseño, construcción, pruebas y puesta en servicio de los trenes, lo cual estuvo a cargo del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro de manera directa.

 

Ante ello, el vicepresidente de la comisión, el asambleísta Christian Von Roerich (PAN), cuestionó al consorcio consultor al asegurar que su certificación fue al vapor y de “buena fe”, al confiar en un documento, entregado por otra empresa, sin haber participado en las pruebas realizadas a los trenes antes de que se inaugurara la línea.

 

“CAF presentó los informes necesarios, es una empresa seria, no quiero decir que no se evaluó, el tren se inscribía bien en las vías. No podemos hablar de mal diseño, la vía fue diseñada conforme a la norma”, respondió a los señalamientos Mario Alberto Lezama, representante técnico de las certificadoras.

 

Durante su comparecencia ante la Comisión Investigadora de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), el representante técnico del consorcio certificador, conformado por las empresas alemanas DB Internacional Gmbh; IFL Berantende Ingenieure; TÜV-SÜD Rail Gmbh y Hamburg Consult Gmbh, afirmó que previo al funcionamiento de la línea ya se presentaba el desgaste en las vías, el cual fue notificado a tiempo.

 

“Contestando si había indicios de algún problema antes del inicio (de la Línea 12), es claro, en las curvas 11 y 12 se presentaron el fenómeno ondulatorio y ese fenómeno ocurre en el 50% de los metros del mundo”, afirmó.

 

Explicó que una de las posibles causas de este fenómeno se debe a la baja velocidad de circulación de los trenes, principalmente en las curvas, debido a que se requiere de una velocidad adecuada para que el tren pueda hacer la maniobra sin mucho esfuerzo.

 

En entrevista al término de su reunión con los asambleístas, Mario Lezama aseguró que  “si se contara con las herramientas necesarias, la  maquinaria necesaria y las refacciones no se hubiera cerrado (la Línea 12), en nuestra opinión”.

 

Detalló que el Sistema de Transporte Colectivo  o el consorcio constructor deben responder por la falta de refacciones, las cuales son indispensables para una obra de la magnitud de la Línea 12, con el fin de darle el mantenimiento necesario para su operación.