Con las revelaciones hechas ayer por un reportaje radiofónico sobre la red de prostitución que opera para los “servicios personales” del dirigente del PRI en el DF, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, se inició un reacomodo de fuerzas en la capital del país que necesariamente llevará a la destitución del líder priista para dar paso a una nueva dirigencia que se encargará de organizar al partido y definir las candidaturas del PRI para el 2015 en la Ciudad de México.
Fue de tal tamaño el golpe a Cuauhtémoc Gutiérrez, en la investigación realizada por el noticiero de Carmen Aristegui, que los testimonios y grabaciones presentadas no dejan lugar a dudas de las prácticas ilegales y carentes de ética en que incurre el dirigente del PRI, que no sólo acosa a las jóvenes contratadas como supuestas edecanes para que tengan relaciones sexuales con él, sino que además les paga con dinero público de la nómina del Comité Directivo del partido en el DF.
En el discurso del “nuevo PRI” que enarbolan tanto el presidente Enrique Peña Nieto como el dirigente nacional de ese partido, César Camacho Quiroz, no cabe un personaje como Cuauhtémoc Gutiérrez, señalado por segunda ocasión por ese tipo de prácticas de acoso y abuso sexual a sus empleadas -la primera vez lo denunció Reforma en el 2003 siendo dirigente del MT- y si hay un mínimo de congruencia entre los discursos que se escucharon el pasado 4 de marzo, durante el 85 aniversario del PRI, el CEN priista tendría que proceder a una inmediata remoción en contra de su dirigente en el DF.
Pero ¿qué hay detrás de la manera como exhibieron al cuestionado dirigente del PRI-DF? Lo que se asoma en este caso, además de las deleznables prácticas del dirigente priista, es el inicio de un reacomodo político anunciado en la capital del país.
Para el grupo de Peña Nieto, y para el PRI en general, Cuauhtémoc Gutiérrez era una figura que incomodaba y estorbaba. Sus orígenes políticos y sus formas porriles y primitivas de operar, con las que se hizo del control del priismo capitalino, eran algo que no encajaba con el proyecto político que han trazado desde Los Pinos: la recuperación del Distrito Federal para el priismo, primero en 2015, con el avance en delegaciones y la ALDF, y luego en 2018 con la jefatura de Gobierno del DF.
El encargado presidencial para tal proyecto es Aurelio Nuño Mayer, jefe de la Oficina de la Presidencia, quien tiene varios meses armando un plan de reestructuración política del PRI en el DF en el que no entraba el actual dirigente Cuauhtémoc Gutiérrez. La idea general es darle una nueva imagen al priismo capitalino, reestructurar sus cuadros y organizaciones, recuperar parte de la estructura política y clientelar que les arrebató el PRD a partir de la derrota de 1997 y sobre todo, tomar el control de la definición de las candidaturas a la Asamblea Legislativa y las Jefaturas delegacionales en 2015 para impulsar el proyecto hacia el 2018.
En todo ese proceso, el Grupo Hidalgo, que encabeza Miguel Osorio Chong, dentro del gabinete, tomará el control de la capital del país con miras a la reestructuración del priismo, preparando el terreno para el debilitamiento del PRD -algo que ya se hizo evidente con el rompimiento y la guerra entre Miguel Ángel Mancera y Marcelo Ebrard- y con la proyección de opciones del PRI para retomar el control de la capital de la República.
Y ahí viene lo interesante. Hay dos opciones de prospectos para el 2018 en la Jefatura de Gobierno: por un lado Rosario Robles, a quien perfilan como una opción para tratar de arrebatarle la capital al PRD -“para que la cuña apriete…”- y la otra opción sería el propio Aurelio Nuño Mayer, quien sería presentado como una opción de “cambio y renovación” para la Ciudad de México con todo el apoyo del presidente Peña Nieto. Los dos prospectos están en este momento en la mira de Los Pinos, aunque el primer objetivo de la estrategia sería buscar romper la mayoría del PRD en la Asamblea Legislativa y avanzar en las delegaciones políticas de la ciudad.
Por eso no es casual que ayer al dirigente del PRI-DF lo hayan, literalmente, desnudado en sus muy cuestionables estilos, y con eso inicia todo un plan para comenzar a teñir el amarillo que cubre a la Ciudad de México desde hace 17 años, y comenzar a proyectar la reconquista tricolor en la ciudad donde comenzó la debacle del PRI, que lo llevó a perder la Presidencia, ahora convertida en enclave estratégico para la total recuperación del poder priista.
NOTAS INDISCRETAS… La presencia de Renato Sales Heredia, fiscal antisecuestros, el martes pasado en Cuernavaca, significó todo un “espaldarazo” político del gobierno federal a Graco Ramírez, en medio de las protestas ciudadanas que pedían su renuncia. Y para que no quedaran dudas, el fiscal federal elogió las acciones contra el secuestro del gobernador de Morelos y avaló sus cifras que dicen que el delito ha disminuido. Así le pagan a Graco el haber apoyado públicamente la reforma energética, la educativa y el haber sido el más peñista mandatario del PRD… Los dados corrigen. Escalera. Mejora la suerte.