Las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial, y también doblegaron a los japoneses de la manera más cruel imaginada. Por más de diez años la cultura japonesa no existió y/o vivió a la sombra de la ocupación estadounidense; cuando la ocupación terminó muchos artistas buscaron la forma de rescatar parte de la cultura anterior a la guerra mundial, y así las viejas tradiciones fueron recuperándose, entre ellas, el arte secuencial japonés, el cual le debe mucho a la figura del gran Osamu Tezuka.
Tezuka es bien conocido por muchos como manga no kamisama o dios del manga, y no es para menos, ya que se puede decir que el nacimiento del manga (cómics japoneses) es gracias al trabajo de Tezuka-san. Los trazos del sensei Tezuka estaban llenos de optimismo, con el objetivo de hacer olvidar los horrores de la guerra y la ocupación, además de marcar los rasgos básicos de los mangas como los ojos desproporcionados. Sus trabajos más conocidos son Tetsuwan Atom (Astroboy) y Ribbon No Kishi («La princesa caballero»), pero uno de los más destacados, y para muchos su mejor trabajo, es el manga basado en la vida de Siddharta Gautama, Buda.
Como sabemos Buda es la figura principal de unas de las religiones con más seguidores en el mundo, cuyas enseñanzas son una guía básica para la dominación del ego. En su juventud deja su vida llena de lujos, para intentar saber qué hay más allá de las ilusiones de la vida mundana, decide dejar todo atrás, lo que encuentra es el camino hacia la liberación del sufrimiento y hacia la iluminación.
Inspirado en el camino de Buda, Tezuka-San decide crear un cómic sobre la vida del Iluminado, desde su nacimiento hasta su muerte. El manga está basado en la historia documentada de Siddharta, pero también una visión muy personal de Tezuka, ya que aborda aspectos de la vida del maestro Gautama que causan escozor en algunos de sus seguidores muy radicales, como su vida sexual y mostrándonos un lado más humano de esta figura histórica, no por eso deja de ser un buen recuento del camino de las enseñanzas del Buda.
El manga original fue editado en Japón entre septiembre de 1972 y diciembre de 1983 en 14 volúmenes, que si bien fueron un gran éxito fue a nivel local, con el renombre de Tezuka-San la edición en Europa tuvo un éxito mediano. En el 2003 la editorial Vertical Inc., con sede en Nueva York, decide reeditar Buda para el mercado norteamericano, con un éxito contundente y ventas a gran escala, lo que lo llevaron a ganar los premios Eisner en el año 2004 y 2005 como mejor material en lengua extranjera. Como parte de este éxito se anunció una serie de películas animadas basadas en el manga: la primera se estrenó en el 2011, y la segunda se estrenará este año.
La guía de ambos maestros es determinante para muchas formas de expresión en el orbe. Buda no sólo es patriarca de unos de los movimientos religiosos más grandes del mundo, la filosofía nacida de sus enseñanzas ha trastocado a muchos niveles la cultura, y han ayudado a la dominación del ego y la liberación del sufrimiento. Así mismo, Osamu Tezuka guió a la cultura japonesa hacía un renacimiento después del cataclismo nuclear que golpeó Japón, su contribución fue tan contundente que ha influenciado varios aspectos en el arte, música, cine y televisión tanto en oriente como en occidente. Ambos fueron maestros y guías hacia un mundo mejor.