GUINEA. Una multitud indignada por un brote de ébola que ha matado a 86 personas en Guinea atacó un centro donde los pacientes viven aislados, lo que provocó que un grupo internacional de ayuda evacuara a su equipo, dijeron las autoridades el sábado.

 

La violencia se produjo en la ciudad sureña de Macenta, donde por lo menos 14 personas han muerto desde que estalló el brote el mes pasado. La turba que atacó la clínica acusó a los trabajadores de la salud de Médicos sin Fronteras de haber traído ébola a Guinea, donde nunca había habido antes ningún caso de la enfermedad.

 

El gobierno de Guinea condenó enérgicamente el ataque y dijo que Médicos sin Fronteras y otros grupos internacionales de ayuda eran decisivos para contener la propagación de la enfermedad.

 

“La comunidad internacional se ha movilizado rápidamente para ayudarnos en estos difíciles momentos con un apoyo médico considerable y especialistas en el epicentro de la enfermedad”, dijo la declaración. “Por eso el gobierno pide al pueblo mantener la calma y permitir que nuestros socios nos ayuden a erradicar esta epidemia”.

 

No hay cura para ébola, que causa fiebre y hemorragia y hasta un 90 % de pacientes mueren por la cepa que se ha detectado en Guinea.

 

Hasta ahora han muerto 86 personas de ébola en Guinea y se han confirmado otras dos muertes en la vecina Liberia. Las autoridades en Mali investigan tres posibles casos de ébola y han enviado muestras al exterior para que sean examinadas.

 

Los expertos dicen que ébola se presenta en murciélagos en el oeste de África y que pudo haber sido transmitida por un ser humano que hubiese comido un murciélago u otro animal mordido por un murciélago. Las autoridades de la salud enfatizan que solo puede ser transmitida por contacto directo con fluidos corporales o con alguna persona infectada.

 

Un vuelo de Air France procedente de la capital de Guinea que llegó el viernes a París fue puesto en breve cuarentena después que la tripulación encontró indicios de que algún pasajero enfermo había estado en un baño del avión. Después de exámenes médicos a bordo del avión, los 180 pasajeros y 11 tripulados fueron autorizados a seguir su camino, dijo la aerolínea.