Un puñado de aspirantes a diseñadores de la escuela CENTRO, demostró que vale la pena abrir una plataforma como la Semana de la Moda de México al ámbito escolar.
El desfile otoño-invierno de la universidad se convirtió es un telescopio hacia el futuro de la moda nacional con un abanico de propuestas que incluyen inspiraciones de la naturaleza, el mundo del arte y los barrios japoneses. Por su parte el rockero Leonardo de Lozanne mostró que ha aprendido a vestir al hombre mexicano con una elegancia nostálgica.
CENTRO
“Overture #2”, el desfile de una de las principales universidades de México especializadas en la enseñanza del diseño de moda, se convirtió en un puente hacia el futuro de la moda local con las presentaciones de la colección de seis de sus estudiantes que se movieron entre propuestas sólidas y el carácter experimental.
Irene Hamui presentó una línea inspirada en la proporción áurea y logró trasladar ese concepto perfectamente a la indumentaria con prendas definidas por la precisión y la limpieza de las líneas.
Su creadora Irene Hamui la describió como “minimal, pero muy chic”, estuvo protagonizada por vestidos largos, chaquetas y faldas en combinaciones de blanco y negro o azul y negro que protagonizaron la colección que incluyó tejidos de mohair y en la que con la estabilidad geométrica de los cortes se logró una sofisticación contemporánea.
“Se trató de entender la proporción”, explicó Hamui, de 23 años, sobre su colección al termino del desfile.
Lola Daniel, por su parte, encontró la inspiración en el mar. Desde su primera salida, los vestidos de coctel, pantalones y blusas confeccionadas con seda y con aplicaciones realizadas a mano convirtieron la pasarela en un repertorio de escamas y conchas. Las capas de telas y transparencias con mucho movimiento remitieron a los corales a la perfección.
“La idea es que no fuera literal, pero sí transmitir esa textura, ese brillo que nos da la caída de las telas”, dijo Daniel tras bambalinas. “Queríamos hacer formas más rectas”, definió sobre algunas piezas como faldas lápiz y pantalones entallados.
En cambio “Mori”, una colección inspirada en las sucbulturas japonesas transcurrió a nivel experimental. Su creadora, Daniela Martínez, envió a la pasarela a un ejército de impecables muñecas de porcelana que caminaban con medias revestidas de cristales de Swarovski y elaborados vestidos ampones, que pese a su belleza difícilmente llegarían a las calles de México.
Otras propuestas necesitaban más realización como una inspirada en la piel humana, que incluso dejó ver algunos alfileres que sujetaban improvisadamente una blusa.
BLACK BY LOZANNE
Con tan sólo dos colecciones previas, Leonardo de Lozanne, ha aprendido del mundo de la moda y su firma “Black by Lozanne” se orienta a llenar un hueco en el mercado de la moda masculina de México.
En la colección otoño-invierno 2014, el ex vocalista de la banda Fobia, demostró que la elegancia es atemporal y que siempre hay espacio para lo clásico.
En su propuesta, el creativo transformó a antiguos maquinistas en elegantes hombres contemporáneos que saben combinar a la perfección pantalones de vestir con una gama de piezas de sastrería que incluyeron sacos, gabardinas y chalecos. La paleta de color incluyó azules marinos, negros, grises, toques de guinda y estampados a cuadros.
Precisamente el mayor acierto de Lozanne fue la versatilidad que dio a los sacos, prenda que protagonizó el desfile y que presento en distintas texturas, largos y estampados. Sobresalieron un par de estas prendas creadas completamente en cuero y otros que mezclaban texturas como la lana y el cuero en mangas acolchadas.
Y aunque el saco es la prenda masculina por excelencia, Lozanne logró darle un giro divertido al acentuar los hombros, bolsillos y solapas de algunos de sus conjuntos con elementos metálicos como cadenas, botones y prendedores con motivos de engranes.
En el tren otoñal de Lozanne todo los engranes trabajaban a la perfección y podrían convertir hasta al más desenfadado hipster en todo un caballero. (AP)