RÍO DE JANEIRO. Expertos en infraestructura afirman que Brasil ya no tiene tiempo para poner a punto los aeropuertos a ser usados en la Copa Mundial de fútbol, que servirán a cientos de miles de aficionados dentro de dos meses.
Las obras de remodelación y modernización se han completado en solo dos de los 13 aeropuertos a ser usados en el torneo. En todo el país, los sonidos de los motores de los aviones se mezclan con los de taladros, martillos eléctricos y aplanadoras. Por los pasillos se cruzan pasajeros y obreros de la construcción.
La mayoría de los entendidos dicen que no esperan un caos total cuando empiece la Copa el 12 de junio. Pero que los visitantes deberán prepararse para aeropuertos con obras en marcha, largas colas, cambios de último momento en los vuelos y demoras, todos estos factores normales en los aeropuertos brasileños. Habrá multitudes en las salas de embarque, demoras en la recolección de equipajes, pocas opciones alimenticias y un transporte muy deficiente desde y hacia los aeropuertos.
No habrá trenes ni metros que comuniquen las ciudades con los aeropuertos. Costosos taxis serán la única opción para ir a los hoteles. Y prepárese para grandes trancones de tráfico.
Las autoridades de aviación civil admiten que hay demoras, pero aseguran que “los aeropuertos brasileños estarán listos” para servir a los turistas de la Copa Mundial.
“Los problemas que hay en algunos aeropuertos ni impedirán que el visitante sea recibido con calidad”, afirmó ese departamento en un comunicado.
Informes del gobierno, no obstante, indican que en los aeropuertos donde todavía se está trabajando, solo se han completado la mitad de las obras. Solo los aeropuertos de Recife y Natal, en el noroeste, están listos para el Mundial, según los expertos.
“Dicen que terminarán las obras, pero habrá muchas soluciones de último momento para ocultar lo que no está listo”, afirmó Adriano Pires, un analista de obras de infraestructura. “El nivel de comodidad no será el ideal. Brasil tuvo tiempo para poner los aeropuertos a punto, pero se demoró mucho en empezar los trabajos. A partir de lo que la gente vea en los aeropuertos, la imagen que se llevarán de Brasil no será buena”.
Omar Daniel Martins Netto, consultor de aviación civil de Curitiba, estuvo de acuerdo.
“Esto es lo que pasa en un país en el que la falta de planificación es la norma, todo se demora”, sostuvo.