WASHINGTON. La administración del presidente Barack Obama ha centrado sus deportaciones en personas sin antecedentes penales o que han cometido ofensas menores y no en los criminales, como el gobierno y el propio mandatario han insistido.
Un nuevo análisis dado a conocer este lunes por el periódico The New York Times mostró igualmente una acción más agresiva del gobierno en el frente administrativo migratorio bajo la presidencia de Obama que la que tuvo su antecesor George W. Bush.
De las casi dos millones de deportaciones durante los cinco años de la presidencia de Obama, apenas 2.0 por ciento de estas involucran a personas convictas de crímenes serios, incluyendo algunos relacionados con drogas, de acuerdo con el análisis de cifras oficiales.
Los datos correspondientes a 3,2 millones de deportaciones conducidas en los pasados 10 años y obtenidas por el diario bajo una solicitud al amparo de Ley de Libertad a la Información, evidenciaron un marcado contraste entre el gobierno de Obama y el de Bush en este frente.
De acuerdo con estos, las deportaciones de indocumentados cuya mayor ofensa derivaron de infracciones de tránsito –manejar bajo la influencia del alcohol o sin licencia de conducir- pasaron de 43 mil durante los cinco años del gobierno de Bush a 193 mil bajo Obama.
De igual forma, las deportaciones de inmigrantes que reingresaron de manera ilegal al país se triplicaron bajo está administración, alcanzando hasta 188 mil.
Otro cambio notable en la administración Obama se refirió a la decisión del gobierno para presentar cargos contra los inmigrantes indocumentados deportados que hasta entonces no contaban con antecedentes penales.
En 2013 el gobierno presentó acusaciones en 90 por ciento de las personas deportadas, con lo cual quedaron impedidos para volver al país de manera legal, exponiéndolos a la posibilidad de ser enviados a prisión en caso de que regresen ilegalmente y sean detenidos.
De igual forma, este gobierno amplió el uso de las deportaciones expeditas, que según el diario ofrecen limitadas oportunidades a los inmigrantes de buscar asistencia legal, solicitar asilo o presentar a un juez de migración circunstancias que mitiguen su falta.
El Times dijo que el número de casos en que el gobierno recurrió a las deportaciones expeditas casi se duplicó en relación a las cifras del gobierno anterior en este mismo plazo.
El accionar de Obama en el frente migratorio ha generado un profundo malestar entre los grupos promotores de la reforma migratoria, que han elevado su presión sobre el mandatario para que detenga las deportaciones y de acuerdo al diario la molestia es mutua.
Recordó cómo en 2010, cuando el movimiento a favor de la reforma anunció planes de movilizaciones en el país para presionar al presidente y al Congreso a actuar, Obama reaccionó con desasosiego.
Tres ex funcionarios de esta administración citados por el diario, pero sin ser identificados, recordaron cómo en una reunión en la Casa Blanca entre el mandatario y líderes de estos grupos, Obama se dijo traicionado ante esa súbita presión y los activistas se expresaron igual ante la inacción de éste.
María Elena Hincapié, directora ejecutiva del Centro Nacional Legal de Inmigración, dijo que las cifras echan por abajo el argumento de Obama y su gobierno sobre el énfasis de las deportaciones.
“La verdad es que está administración, más que ninguna, ha devastado a la comunidad de inmigrantes a través del país, separando familias simplemente porque conducían sin licencia o reingresaron al país desesperados, tratando de reunirse con su familia”, apuntó.