En los últimos 20 años, los mexicanos hemos ingerido en el agua más del doble del arsénico permisible establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS); esta sustancia predispone a la población al desarrollo de enfermedades como el cáncer de pulmón, piel, pecho, próstata, riñones e hígado, así como lesiones cutáneas y el desarrollo enfermedades cardiovasculares y diabetes.
La Secretaría de Salud prepara una nueva Norma Oficial Mexicana (NOM) sobre calidad del agua para ajustar el contenido permitido de la sustancia al estándar establecido por el organismo internacional desde 1993.
De acuerdo con un análisis de impactos y evaluación para el anteproyecto NOM-250-SSA1-2014, elaborado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), en la actualidad la legislación mexicana establece un límite máximo permisible de arsénico en el agua para uso y consumo humano de 0.025 miligramos por litro (mg/L), cuando desde hace más de dos décadas la OMS implantó este límite en 0.01 mg/L.
En el mismo documento, que actualmente revisa la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), se establece en más de 14 mil 800 millones de pesos podría el costo para implementar esta nueva norma, ya que más de un centenar de las plantas potabilizadoras en el país requieren de equipo nuevo para poder eliminar el arsénico del agua que tratan a diario.
El arsénico es una de las 10 sustancias químicas más riesgosas para la salud pública, y México es uno de los países que presentan altos niveles de este tóxico inorgánico en mantos acuíferos subterráneos, de donde proviene la mayor parte del agua para consumo humano. La Semarnat estima que de los 329 mil litros de agua por segundo que se suministran a nivel nacional, 62% proviene de fuentes subterráneas.
Por ello, las modificaciones y nuevos requisitos que se establecen en el anteproyecto en revisión implican, entre otras cosas, la renovación del proceso para la eliminación de arsénico en el agua, lo que conlleva el mejoramiento de las diferentes plantas potabilizadoras en todo el país que no puedan cumplir con los parámetros de calidad establecidos en la nueva norma.
De acuerdo con el “Manual de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento. Diseño de plantas potabilizadoras tipo de tecnología simplificada” de la Comisión Nacional del Agua, la remoción de arsénico se logra a través del tratamiento por ósmosis inversa, lo que implica adecuaciones o compra de equipo en las diferentes plantas potabilizadoras que no cuenten con este proceso.
Datos de la Comisión de Evidencia y Manejo de Riesgos (CEMAR) estiman en 140 millones de pesos el costo máximo para poder implementar un sistema de ósmosis inversa en una planta potabilizadora.
En el análisis de la nueva NOM, la Cofepris ubica al menos 106 plantas potabilizadoras en 11 entidades que presentan problemas de arsénico en el agua, que requieren implementar equipo para llevar a cabo el proceso de ósmosis, lo que implicaría un costo global de 14 mil 840 millones de pesos si se considera el costo máximo de esta tecnología.
No obstante, la instancia adscrita a la Secretaría de Salud determinó que no todas las plantas potabilizadoras requieren de la inversión máxima, por lo que estimó en tres mil 960 millones de pesos el gasto total para renovar los 106 equipos que requieren de instrumentos para el proceso de tratamiento de arsénico.
Aunque el anteproyecto señala que la NOM es de observancia obligatoria en todo el territorio nacional para los organismos públicos o privados, y que entrará en vigor a los 60 días luego de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, el estudio de la Cofepris no especifica el tiempo que tendría una planta potabilizadora para modernizar su sistema de tratamiento.
Entra en vigor política hídrica sexenal
Este martes entró en vigor el Programa Nacional Hídrico 2014-2018, el cual define la disponibilidad, uso y aprovechamiento del agua, así como las estrategias, prioridades y políticas para lograr el equilibrio del desarrollo regional sustentable y avanzar en la gestión integrada de los recursos hídricos.
De acuerdo con el decreto por el que se aprobó el programa, la Semarnat y las entidades paraestatales elaborarán sus respectivos planes y anteproyectos de presupuesto para llevar acabo lo establecido en el documento eje de la política hídrica nacional.
El pasado 25 de marzo, al anunciar el programa, el presidente Enrique Peña Nieto, anunció una inversión de entre 250 mil millones y 300 mil millones de pesos para realizar obras hídricas los próximos cuatro años, cuyo monto anual estará sujeto a la aprobación que realice la Cámara de Diputados al Presupuesto de Egresos de la Federación.