El mexicano Ramiro Hernández-Llanas fue ejecutado a las 18:28 horas de este miércoles en la cárcel de Hunstville, Texas, por inyección letal,  informó el Departamento de Justicia Criminal.

 

Este es el sexto reo ejecutado en ese estado en lo que va de 2014 y el segundo mexicano en recibir una inyección de fenobarbital en Texas.

 

Funcionarios del Departamento de Justicia Penal de Texas se negaron a identificar la fuente del poderoso sedante, alegando que es necesario proteger al proveedor de amenazas de violencia de quienes se oponen a la pena capital.

 

Ramiro fue incluido en la recomendación del Fallo Avena en que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) pidió a Estados Unidos revisar su juicio junto a de otros 50 presos por irregularidades en el proceso.

 

Alrededor de las 18:00 horas familiares del mexicano arribaron a la prisión de Huntsville para presenciar la ejecución en compañía de un de un sacerdote.

 

Hernández-Llanas, de 44 años, fue sentenciado a la pena capital por el homicidio del ranchero y profesor universitario, Glen Lich, el 14 de octubre de 1997.

 

La embajada de México en los Estados Unidos protestó contra la ejecución del connacional y en su cuenta de Twitter escribió dicho acto fue en contra del fallo Avena  de la corte Internacional.

 

 

 

Los investigadores dijeron que Hernández engañó a Lich para que saliera de la casa y lo golpeó repetidas veces con una varilla de acero. Armado con un cuchillo, entonces atacó a la esposa de Lich, quien sobrevivió y testificó contra Hernández a quien le encontraron armas rústicas en la prisión.

 

“Esta es exactamente la razón por la que tenemos la pena de muerte”, dijo Lucy Wilke, fiscal adjunta de distrito del Condado Kerr quien ayudó a encausar a Hernández, refiriéndose a la ejecución.

 

“Nadie, ni siquiera los guardias de la prisión, estaban seguros en su presencia”. (Con información de AP, EFE y El Mañana de Nuevo Laredo)