Ian Thorpe era la barrera de contención perfecta. Lo hizo en Atenas 2004, cuando otro fenómeno de la natación, Michael Phelps anunció que iba por el récord de Mark Spitz y ganaría ocho medallas de oro en unos mismos Juegos Olímpicos. Thorpe compitió en los 200 metros libres y postergó el sueño de Phelps, que tuvo que conformarse ese día con el bronce.

 

Hoy el nadador está en peligro de perder la movilidad de su brazo izquierdo. Se sometió a una serie de operaciones en el hombro en un hospital suizo y contrajo una bacteria resistente a los antibióticos. La infección lo mantiene en terapia intensiva, aunque a decir de sus allegados, fuera de peligro de muerte.

 

Thorpe se estaba entrenando con la intención de mantenerse en la natación. Pero ahora no podrá competir más en el deporte que ama.

 

¿Dónde estaba el Thorpedo en Beijing 2008, cuando Phels finalmente consiguió sus ocho oros? Tenía 26 años y bien pudo competir. Pero para entonces el peso enorme de su fama había terminado con su carrera. O casi. Se había retirado de la natación en 2006 aduciendo falta de motivación.

 

Dijo que se sentía “una foca amaestrada” y reveló que recurría al alcohol para dormir, algo de lo que sus entrenadores no se enteraron porque nunca faltó a un entrenamiento.

 

Su depresión llego a tal grado que pensó en el suicidio, reveló años después.

 

Más tarde se supo que había dado resultados anormales en un examen antidoping.

 

Así el australiano miró coronarse al estadounidense en ocho pruebas en los juegos de 2008, entre ellas la segunda consentida del Thorpedo, los 200 libres.

 

El ganador de cinco medallas de oro en dos ediciones olímpicas, 2000 y 2004 (y otras cuatro de plata y bronce), once veces campeón del mundo (sólo debajo de Phelps), intentó volver a la competencia en 2011 y fracasó en su intento por clasificarse a los Juegos de Londres 2012.

 

Pero no se retiró, siguió intentando clasificarse para campeonatos regionales y mundiales, y entonces vino la lesión en el hombro.

 

Thorpe comenzó a llamar la atención en febrero pasado porque fue reportado por sus vecinos deambulando desorientado fuera de su casa en la madrugada. Resultó que fue víctima de una mala combinación de los analgésicos por la operación en el hombro y antidepresivos. Fue hospitalizado por depresión.

 

Ahora Thorpe volvió a ser ingresado, pero esta vez en Sydney, donde se ha hecho el anuncio de que a sus 31 años, no podrá volver a nadar en competencias.