La Ley Federal de Competencia Económica, propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto y discutida en este momento en la Cámara de Senadores, hará menos atractivo a México para los inversionistas nacionales y extranjeros.
“Es importante crear una ley para las empresas exitosas, que desarrollan nuevas tecnologías y productos, porque eso va a hacer que México sea el lugar más deseable para los negocios”, afirmó Michael Salinger, ex director de la Oficina de Economía de la Comisión de Competencia Económica de Estados Unidos.
El especialista aseguró que se pierde una pieza vital del debate en este país, porque muchas veces a los consumidores mexicanos se le está negando el beneficio de la libre competencia.
“Las empresas que han logrado competir y crecer no deben ser castigadas por su éxito”, manifestó Salinger durante el foro Retos y desafíos de la Ley Federal de Competencia Económica, organizado por Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).
El estadunidense recordó que se debe buscar un mercado competitivo a través del estudio de mercados y tomar acciones específicas que promuevan la libre competencia de acuerdo a las características de cada sector.
Si castigaste alguna vez a las empresas simplemente por tener una competencia excesiva, pues por esos aspectos de investigación nadie va a invertir en ese sector y tendrán miedo de que les dividan los activos, dijo.
El ex representante del órgano antimonopolios de EU expuso que para asegurar la existencia de la competencia en los sectores es necesario regularlos, tal es el caso de sectores como telecomunicaciones, donde se deben tener reglas de interconexión, así como la transmisión, distribución y generación de electricidad.
Recomendó que las acciones sean tomadas a partir de los estudios de mercados, porque las condiciones de competencias son diferentes al resto del mundo.
Estímulos
“Para que sea una legislación que estimule la inversión es necesario definir con precisión los insumos esenciales, así como las barreras de competencia”, expuso Lucía Ojeda, socia de SAI Consultores y profesora del CIDE.
La investigadora dijo que el objetivo de las leyes secundarias debe ser beneficiar a los consumidores, por lo tanto su propósito debe ser fomentar la inversión de calidad que permita ofrecer más y mejores productos a precios accesibles.
“Es necesario que haya una causa objetiva para el inicio de las investigaciones, es decir que haya indicio de afectaciones a los consumidores mexicanos”, declaró Ojeda.
“Había la alternativa de no cambiar toda la ley de competencia, sino sólo hacerle unos cambios para no abrir incertidumbre entre los inversionistas”, dijo Carlos Elizondo Meyer-Serra, profesor investigador del CIDE.
“Si a una empresa que es dominante en algún sector se le inicia una investigación, mientras no se termine su incentivo para invertir será bajo y eso es uno de los costos”, agregó el analista político.
Elizondo Meyer aseveró que cuando haces una nueva ley se hacen muchas preguntas de qué vas a litigar, así como los inversionistas le cuestionan a la autoridad por desconocer las reglas del juego.
“Por la incertidumbre abierta por los cambios legales, los inversionistas prefieren invertir menos”, comentó.
México necesita tener un órgano antimonopolio muy fuerte, porque la economía tiene muchos monopolios, así como no es tan competitividad como debería de ser, dijo Mario Delgado, senador por el PRD.
“En aquellos mercados donde no hay competidores, casi 30% del gasto de los mexicanos se va esos mercados y tienen que pagar un precio 20% más alto”, dijo.
El legislador recordó que falta competencia en sectores como las telecomunicaciones, cemento, tortillas y otras cadenas productivas en el mercado mexicano.
Claridad
Por su parte, John Fingleton, exjefe de investigaciones de la Comisión de Competencia del Reino Unido señaló que es muy importante que las autoridades regulatorias cuenten con autonomía y que definan claramente los conceptos fundamentales para establecer un marco regulatorio que dé certidumbre jurídica a los inversionistas.
El especialista destacó que debe ser trasparente y consultado el proceso de investigaciones de mercados en cada una de sus etapa, por ejemplo en el Reino Unido representa una facultad abierta por lo cual debe ser sujeta de escrutinio público.
“Debe quedar claro en la ley que el castigo recae sobre las prácticas anticompetitivas probadas, así como establecer las provisiones sobre participaciones accionarias minoristas en la regulación de concentraciones de la Ley”, declaró.
Es prioritaria las investigaciones de mercado en sectores donde monopolio haya surgido por el apoyo o la protección de parte del Estado, que la desinversión debe estar centrada en monopolios nacionales, y sólo usarlos cuando se han agotado la aplicación de los elementos tradicionales de la políticas de competencia, concluyó el Fingleton.