Algo que me encanta hacer cuando estoy de vacaciones es observar a extraños tomarse fotos. Podría asegurar que en su mayoría, las fotos resultan rígidas y demasiado pensadas. Una buena foto no sólo documenta el momento, sino que también transmite una emoción. Las fotos nos dicen mucho más cuando captan a la persona y pueden comunicar las sensaciones del momento: diversión, tranquilidad, felicidad, amor.
¿Pero qué puedes hacer para mejorar tus fotos?
1. Acércate a la imagen. Toma una foto como normalmente lo harías y después observa bien al sujeto u objeto que deseas tomar y acércate más. Normalmente, al hacer esto la foto se vuelve más interesante porque hay más detalle y nos llama más la atención.
2. Trabaja en tu composición. Todos aprendimos incorrectamente que el sujeto debe estar en medio o que el horizonte debe llegar justo a la mitad. Esto hace que las imágenes sean muy aburridas. En la fotografía hay una regla que se llama de tercios (Para más información recomiendo ver está página www.decamaras.com/CMS/content/view/350/61-Composicion-La-regla-de-los-tercios). La idea es que cada foto se divide en tres líneas horizontales y tres verticales y nos ayudan a enmarcar la foto y visualizar la composición de las imágenes que vamos a tomar. Al aplicar esta regla, el horizonte nunca debería estar centrado, sino más arriba o más debajo del centro, pero siempre debería estar perfectamente recto. Los sujetos también deberían estar más hacía la derecha o la izquierda pero nunca en el mero centro.
3. Se selectivo y muévete para buscar la mejor foto. Busca lo que quieres resaltar y no incluyas elementos que no son relevantes. Antes de tomar la foto, observa, muévete y busca el mejor ángulo. La diferencia entre una mala foto y una gran foto es a veces uno o dos pasos. Por ejemplo, si los niños están jugando en la calle y hay un gran bote de basura, evita incluirlo en la foto, tal vez hay que acercarte más o moverte hacia un lado. Si estamos en una comida familiar y no puedes ver a la persona completa porque hay una lata de refresco, remueve la lata de la foto o toma la foto desde otro ángulo.
4. Estudia la luz y sombras. La mejor hora para tomar fotos con luz natural es el amanecer o al atardecer cuando la luz es indirecta, y por ende más pareja y cálida. Si vamos a tomar fotos en pleno día, recuerda que es cuando por la posición del sol, las luces y sombras son más duras. Olvídate de siempre tomar la foto con el sol detrás de ti ,ya que de hacerlo, es probable que la persona salga deslumbradrada con los ojos chiquitos. Es mejor poner el sol detrás del fotógrafo y girar un poco, unos 30 grados, para evitar las sombras y que el sujeto esté más cómodo. Además, a medio día hay que observar las sombras y ver que no nos obscurezcan la foto. Sí hay muchas sombras, aunque sea pleno día, puedes utilizar el flash para emparejar la luz e iluminar al sujeto. También si trae puesta una gorra la persona y no puedes ver su cara porque está totalmente sombreada o si tiene los lentes puestos, quítaselos.
5. Busca que, cuando tomes la foto de la gente, hagan algo. Siempre son más divertidas las fotos de acción. Si estamos tomando a una pareja, que se tomen de las manos viéndose. Si es nuestra familia, en lugar de una foto tiesa buscar jugar entre nosotros para obtener una foto alegre, con vida. Una de las más grandes habilidades que requiere un fotógrafo es la imaginación para visualizar la fotografía y contar con los dones de comunicación para poder dirigir a los sujetos y pedirles que posen para materializar la imagen que se está imaginando.
Si hay algo que quiero que te quede de este artículo es que si tú te diviertes, tus fotos serán mejores, porque dirán mucho más. Espero que tengas unas fabulosas vacaciones y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!