El copiloto del avión desaparecido de Malasyia Airlines al parecer intentó hacer una llamada en pleno vuelo desde su teléfono móvil, justo antes que la nave desapareciera de las pantallas del radar, reveló la investigación sobre el caso.
La llamada terminó abruptamente al parecer “porque el avión se movía rápidamente lejos de la torre de telecomunicaciones” más cercana, por lo cual la señal no pudo ser captada, indicó el diario The New Straits Times, que cita fuentes de la investigación.
El periódico malasio detalló que la “desesperada llamada” se realizó cuando el avión volaba a una altura lo suficientemente baja para que la torre de telecomunicaciones más cercana pudiera recoger la señal de su teléfono, alrededor de dos mil 100 metros de altura.
Los investigadores tratan de reconstruir lo que había sucedido momentos antes de que el Boeing 777 saliera del radar, alrededor de 200 millas náuticas (320 kilómetros) al noroeste de Penang, una isla en el estrecho de Malaca, el pasado 8 de marzo.
Sin embargo, no fue posible saber a quién estaba tratando de llamar, luego que las fuentes prefirieron no revelar detalles de la investigación.
Otras fuentes explicaron que por lo general los teléfonos celulares están apagados durante el despegue, pero en un momento dado, cuando el avión estaba en el aire, la línea empezó a funcionar de nuevo.
Esto no significa necesariamente que se hiciera una llamada. También puede ser el resultado de que el “teléfono se encienda de nuevo”, dijeron esas fuentes relacionadas con la investigación.
La investigación reveló que el piloto mandó un mensaje a través de la aplicación WhatsApp Messenger a un contacto conocido antes de abordar el avión para su vuelo de seis horas con destino a Pekín, la capital de China.
De acuerdo con el registro de llamadas, Fariq también mantuvo una conversación con una persona que es “uno de sus contactos regulares (un número que aparece con frecuencia en sus registros de llamadas salientes)”.
Esa llamada fue hecha no más de dos horas antes del vuelo que despegó a las 12:41 horas locales del aeropuerto internacional de Kuala Lumpur.
Fariq y el capitán Zaharie Ahmad Shah han sido objeto de un intenso escrutinio después de que el avión desapareció misteriosamente en la ruta de Kuala Lumpur-Pekín, con 239 personas a bordo, 153 de origen chino.
Los investigadores indicaron el mes pasado que el vuelo fue desviado deliberadamente y sus sistemas de comunicación fueron cambiados manualmente, cuando dejaba el espacio aéreo de Malasia, lo que provocó una investigación criminal de la policía.