Ucrania desplegará tropas para una “operación contraterrorista a gran escala” para resistir los ataques de fuerzas armadas pro rusas, dijo el domingo el presidente ucraniano Aleksánder Turchínov en un discurso televisado.
En tanto, su predecesor Víktor Yanukóvich, quien huyó a Rusia tras ser derrocado este año, acusó a la CIA de ser el artífice de esa decisión.
Turchínov dijo que el Consejo de Seguridad de Ucrania decidió usar al ejército porque “no vamos a permitir que Rusia repita lo de Crimea en el este de Ucrania”.
También prometió amnistía para todos los que depongan las armas para la mañana del lunes.
Horas después, en la televisión estatal rusa, Yanukóvich alegó que el director de la CIA, John Brennan, se había reunido con la nueva dirigencia ucraniana “y sancionó el uso de armas y la provocación de un baño de sangre”.
La CIA refutó la acusación de que Brennan estuviera detrás de las acciones de Ucrania. El portavoz de la CIA Dean Boyd dijo que aunque la agencia no comenta sobre el itinerario de Brennan, la “afirmación de que el director Brennan exhortó a las autoridades ucranianas a realizar operaciones tácticas en Rusia es completamente falsa”.
Yanukóvich fue derrocado en febrero tras meses de protestas en Kiev, la capital, y huyó a Rusia alegando que temía por su vida.
Ucrania tiene ahora “un pie en una guerra civil”, dijo el domingo Yanukóvich. Estaba acompañado por su ex procurador general y su ministro del Interior, sus allegados más despreciados por los manifestantes de Kiev.
La mañana del domingo, fuerzas especiales ucranianas intercambiaron disparos con un grupo paramilitar pro ruso en el este del país, lo que causó la muerte de un oficial y heridas a otros cinco. Se trata del primer enfrentamiento armado que se reporta en esta región ucraniana, donde uniformados pro rusos han tomado varios edificios del gobierno local en días recientes.
El ministro del Interior Arsen Avákov ha calificado esos ataques como “agresión rusa”. El domingo publicó en su página de Facebook que se reclutarán hasta 12.000 personas para que resistan los ataques de fuerzas pro rusas en sus localidades.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia calificó de “criminal” el decreto de Turchínov y acusó a las autoridades ucranianas de usar fuerzas radicales neonazis.
La agitación en Slaviansk y en la ciudad industrial de Donetsk fueron los últimos indicios de la tensión en el este de Ucrania, donde hay una gran población de habla rusa. Donetsk era la base de apoyo de Yanukóvich.