Acabó el viacrucis atlantista, lo hicieron mirando al cielo y respondiendo a cada tanto del rival. Pero no hubo más que hacer, el nuevo descenso de uno de los equipos fundadores de la liga es un hecho consumado. La derrota que sufrió 4-3 ante Santos Laguna fue el último clavo al ataúd. A dos fechas de que finalice la temporada regular, la directiva ya sabe que su futuro será en la Liga de Ascenso.

 

Las lágrimas aparecieron en la cancha del estadio Corona. Los rostros desencajados de los jugadores fue fiel reflejo del fracaso, de la frustración que significó no haber podido mantener la franquicia en Primera División.

 

Los futbolistas de Santos intentaron consolar a sus colegas, con palabras de aliento que poco sirvieron. Los errores de los mandos azulgrana en los últimos torneos, que vendieron jugadores al por mayor intentado reducir la nómina, tuvieron consecuencias fatales. Ningún elemento de renombre llegó a reforzar al equipo en los dos más recientes torneos y ahora pagarán las consecuencias.

 

Los tres goles de Carlos Darwin Quintero (18’, 31’ y 89’) y uno más de Javier Abella (78’) le dieron la victoria a los laguneros.

 

Ángel Sepúlveda le permitió un pequeño respiro al equipo con el tanto que consiguió en el minuto 57, pero no fue suficiente. Tdavía se acercó con las dianas de Luis Madrigal (87’ y 94’). Ya el Potro estaba herido, y más aún por el penal que falló Michel Arroyo minutos antes.

 

Puebla, Veracruz y Atlas se sacudieron la presión, no corren peligro de descender en el actual certamen, tendrán tiempo de reforzarse. Atlante perdió la batalla y sus restos quedarán a la deriva, hoy su futuro es incierto, porque existen la posibilidad de que el equipo desaparezca totalmente y su franquicia se traslade a Tampico.

 

También, podría ser que lo viéramos resucitado, como lo ha hecho antes, en la piel de alguno de los equipos menos solventes del actual circuito de Primera.