NUEVA YORK. El Departamento de Policía de Nueva York abandonó un programa secreto en el que enviaba detectives vestidos de civil a los barrios musulmanes para escuchar conversaciones y con las que construían fichas detalladas de donde la gente comía, realizaba compras y hasta oraba.

 

Esta decisión se presenta tras el nombramiento de William J. Bratton, nuevo comisionado del departamento y que abre la posibilidad a la evaluación de algunas políticas post 9-11, incluyendo la recolección masiva de datos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).