Una excepcional galopada del galés Gareth Bale a seis minutos del final dio el título de la Copa del Rey al Real Madrid frente al Barcelona (1-2), con un gol que ha entrado en la historia de esta competición y en un partido con fases de superioridad alternas por parte de ambos equipos.
El Real Madrid empezó bien y marcó, el Barça dominó durante casi todo el primer tiempo y en la segunda parte el gol de Batra y el de Bale llegaron cuando sus equipos peor lo pasaban. El remate del brasileño Neymar al poste casi al final pudo propiciar un empate que no se dio.
El Barcelona inició el encuentro con el argentino Messi en el centro, Neymar a la derecha e Iniesta a la izquierda, mientras que el Real Madrid presentó un poco usual 4-4-2, con el francés Benzema y Bale en ataque.
Los primeros diez minutos fueron de superioridad madridista. El equipo del italiano Carlo Ancelotti empezó en el encuentro con más intensidad que su rival.
Como consecuencia de esa dinámica, el Real Madrid se aproximó un par de veces con peligro a la meta de Pinto en los primeros diez minutos. En el 11, tras una gran jugada de Bale, Benzema y Di María, el jugador argentino batió la meta de Pinto.
Fue en una acción en la que los futbolistas del Real Madrid lo hicieron todo bien y el brasileño Alves y Pinto no estuvieron acertados, el primero al perder el balón en el inicio de la acción y el guardameta al no detener un balón en el que pudo hacer algo más.
El gol cambió la dinámica del partido, ya que el equipo del argentino Gerardo Martino se hizo con la posesión del balón y empezó a jugar cada vez más cerca de la portería de Casillas.
El conjunto catalán recuperó su estilo, pero no fue capaz de crear peligro ante un Real Madrid que, a pesar e replegar sus líneas más allá de lo que parecía aconsejable, dio la sensación de sentirse cómodo con ese tipo de partido.
Esa dinámica se mantuvo hasta el descanso con opciones tímidas para el Barcelona por medio de Cesc, Jordi Alba de cabeza y un remate desviado de Messi, en una fase del juego en la que la mejor noticia para el Barcelona fue la actuación de Iniesta.
El Real Madrid salía poco a la contra, pero cuando tenía la opción de hacerlo se mostraba como un equipo rápido y con las ideas muy claras, aunque apenas dispuso de más ocasiones que la de un remate desviado de Isco.
Cuando el partido llegó al descanso, al Barcelona le había faltado que su dominio fuera acompañado de más claridad en ataque y al Real Madrid control del balón y llegada: algo más que intensidad y esfuerzo en defensa.
La segunda mitad dio comienzo con la salida de Jordi Alba lesionado y la entrada del brasileño Adriano y con un Real Madrid cambiado respecto a la primera parte. Volvió a jugar como al principio, dispuso de dos ocasiones por medio de Bale y provocó que el Barcelona viviera sus peores momentos del encuentro.
La posesión de balón del equipo barcelonista no se reflejaba en la creación de peligro. Sus jugadores no chutaban a puerta y daba la impresión de que el Real Madrid iba a disponer de alguna opción clara al contragolpe.
El Barcelona necesitaba el gol, pero era el Real Madrid el que más lo buscaba. Mediado el segundo periodo el partido ya se parecía poco al del primer tiempo, ya que el equipo madrileño era cada vez más protagonista, con una gran capacidad para recuperar el balón y neutralizar el ataque de su rival.
Pedro entró por Cesc y poco después el árbitro anuló un gol al Real Madrid de Bale a instancias del juez de línea. Justo en la jugada siguiente y cuando peor lo pasaba el Barcelona, Bartra remató un córner de Xavi de forma impecable para establecer el empate a uno en una acción aislada y muy poco habitual en el juego barcelonista.
El gol reanimó al Barcelona y el Real Madrid se sintió excesivamente castigado. El marcador registraba un empate en un encuentro en el que el equipo madrileño podía haber metido el 2-0.
Reanimado el Barça, los hombres de Martino recuperaron el dominio de la primera mitad ante un Real Madrid que volvió a cifrar sus aspiraciones en el contragolpe y que pudo marcar en buen remate de Modric (m.80) que dio en el poste.
El 1-2 llegó en una excepcional jugada individual de Bale, que recorrió sesenta metros por la banda izquierda, en la que desbordó a Batra y se plantó ante Pinto, al que batió desde cerca. El Barcelona pudo empatar a dos minutos del final, pero el remate de Neymar se estrelló en el poste.