El escritor Gabriel García Márquez estuvo ocho días ingresado en un hospital de Ciudad de México, hasta el martes de la semana pasado, aquejado por un proceso de infección pulmonar y en las vías urinarias.
Según los últimos reportes de su médico personal, Jorge Oseguera, aseguraba que su estado seguía delicado.
“Se encuentra en un estado delicado, propio de su edad, de los problemas que ha sufrido últimamente y de sus patologías de base”, afirmó el director de Cardiología del Instituto Nacional de Nutrición de México a esa emisora en su segunda aparición.
No obstante, reiteró que la esposa y los hijos de García Márquez han pedido prudencia sobre el estado del escritor colombiano, de 87 años de edad, así como respeto a la privacidad de la familia.
De hecho, pasadas las 21:00 hora local (02:00 GMT del jueves), llegaron y se fueron en un riguroso silencio amigos de la familia, su asistente personal, Mónica Alonso, y el relevo de las enfermeras.
El pasado 3 de abril, el Premio Nobel de Literatura ingresó al Instituto Nacional de Ciencias Médicas “Salvador Zubirán” y de de manera extraoficial se informó que padece neumonía, así como una confusión cerebral, desnutrición, deshidratado y confundido.
En su segundo día de hospitalización, el escritor se encontraba estable, según informaron sus familiares quienes afirmaron que pasó una “buena noche y continúa respondiendo a los medicamentos”.
García Márquez, enterado de la presencia de decenas de medios de comunicación afuera del nosocomio, mandó a decirles con Genovevo Quirós, su asistente personal: “Están ustedes locos, qué están haciendo tanto tiempo aquí afuera. ¡Ya váyanse a trabajar!”.
Fue el pasado seis de marzo la última aparición pública de “Gabo“, como se le conoce de cariño al colombiano, el día de su cumpleaños 87.