Por lo menos una de cada cuatro toneladas de hierro exportadas desde Michoacán, en los últimos años, fue extraída ilegalmente por el Cártel de Los Caballeros Templarios. Y por las otras tres toneladas, cobraron una “cuota” a los empresarios.
De esa dimensión es el negocio que representó para este grupo delictivo el auge de la actividad minera en el estado, impulsada principalmente por la hambrienta demanda de hierro en China.
El éxito del negocio los impulsó a extenderse a otras zonas de explotación de ese metal y también de oro. Esto explica, en parte, la conforntación con otras organizaciones criminales en Guanajuato, Colima y Guerrero, en donde no sólo se pelean por el trasiego de drogas, también por los altos beneficios mineros que poseen.
Unas fichas de inteligencia, elaboradas en los últimos meses del gobierno de Felipe Calderón, muestran que en México Los Templarios han sido uno de los cárteles con mayor interés en los metales para obetener recursos líquidos, productos químicos y armas, pero también para lavar dinero, para lo que se asocian con empresas legales y junto con organizaciones colombianas, venezolanas y chinas, logran su objetivo.
En los documentos se señala que no se puede precisar las ganancias que han obtenido desde por lo menos 2008, porque no se cuenta con datos precisos de sus operaciones por el robo, extracción ilegal y extorsión de la industria minera.
Sin embargo, desde entonces hasta ahora, seis años después, el gobierno federal anunció que se retomó el control del Puerto de Lázaro Cárdenas, que se ubica en el municipio del mismo nombre y que ocupa el primer lugar nacional en producción de hierro, metal con un gran mercado en Asia y, a su vez, ellos entregan a cambio químicos útiles para elaborar drogas sintéticas.
Ganan por todo
Negocio redondo en dos vías. Primero a través del cobro de la extorsión por cada tonelada de hierro extraído. La segunda vía fue aún mucho más redituable, en alianza con mafias transnacionales y empresas corruptas, Los Templarios desarrollaron su propia explotación y extracción ilegal.
Actividad criminal que fue operada y controlada principalmente por el capo Servando Gómez Martínez alias “la Tuta” o “El Profe”, quien hoy en día continua en libertad.
Una investigación de la Procuraduría General de la República (PGR) de 2010, los recientes operativos implementados en Michoacán, y fuentes de distintos niveles de gobierno y de las comunidades, evidenciaron por primera vez los alcances del negocio legal de Los Templarios.
Las indagatorias de la PGR mostraron que el crimen organizado, en colusión con empresas mineras en Michoacán, logró extraer y exportar ilegalmente casi un millón y medio de toneladas de hierro, obteniendo una ganancia ilícita cercana a los 70 millones de dólares.
Esta cantidad de hierro ilegal extraído representa prácticamente la tercera parte de lo que se obtuvo en las minas legales ese año.
Las pesquisas estuvieron a cargo de la Unidad Especializada en Investigación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y de Falsificación o Alteración de Moneda (UEIORPIFAM) de la SEIDO, que derivó en la detención de Ignacio Javier López Medina, quien reconoció que operaba bajo las ordenes de La Tuta.
También se detuvo a Yadfira Esbeyde García Landa, ejecutiva de cuenta Premier en una sucursal bancaria de Lázaro Cárdenas, y quien había blanqueado, para ese momento, 60 millones de pesos relacionados con ganancias ilegales a favor de López Medina.
Fueron por lo menos tres empresas mineras con las cuales esta célula delictiva negoció para el saqueo ilegal del hierro y su envió a China.
En los años siguientes no se informó de nuevos operativos hasta que apenas el pasado 4 de marzo se realizaron múltiples cateos, que arrojaron en el decomiso de 119 mil toneladas de hierro extraído ilegalmente, y el aseguramiento de 11 patios (bodegas) de distintas compañías, y con maquinaria introducida también sin los permisos correspondientes.
Control territorial
Por cada tonelada de hierro extraido legalmente, la industria minera en Mihcoacán debía pagar, por lo menos, dos dólares a delincuentes a cambio de seguridad,
Bajo condición de mantener el anonimato y con respuestas breves, el empresario minero aseguró que “es prácticamente un pago obligado o una cuota porque sino la amenaza oculta es que te lo pueden robar, entonces ellos te piden el dinero para dejarte pasar. Y a las grandes empresas creo que les cobran más. Así opera por lo menos en Aguililla y Arteaga”, señaló.
En proporción, el cobro de dos dólares por cada tonelada de hierro extraído habría dejado tan solo en el 2012 una ganancia, de por lo menos, ocho millones de dólares, o lo que es lo mismo, más de cien millones de pesos.
El empresario señaló que al menos hasta 2013, el oponerse a este tipo de cobros tenía consecuencias incluso fatales. Tal fue el caso ocurrido en octubre pasado, cuando fue asesinado un ingeniero minero de la comunidad de la Lajita en Tumbiscatío.
“Los motivos no se dicen oficialmente, pero todos sabemos que fue porque el no se dejaba extorsionar, El problema está ahí pero por la propia seguridad de uno no conviene platicarlo”, indicó el entrevistado.
Fierro en auge
El informe La Minería en México 2013, elaborado por el INEGI, muestra que en 2012 fueron extraídas, de las minas en Michoacán, cuatro millones 4 mil 927 toneladas de hierro.
Representa casi el 30% de las 14 millones 915 mil toneladas obtenidas en todo el territorio nacional.
El crecimiento de la minería del estado en este rubro es evidente y sostenido. En el 2009 la cifra de toneladas extraídas fue de dos millones y medio, para el 2010 creció a tres millones 184 mil toneladas, y en 2011 sumaron tres millones 370 mil toneladas.
Michoacán desplazó así a Coahuila y a Colima del primer lugar en materia de extracción de hierro. Además, de las minas michoacanas también se extrae cobre, plata, oro y barita.
El éxito de la explotación minera en Michoacán está ligado al papel vital del Puerto de Lázaro Cárdenas, desde el que se embarcan los minerales extraídos sobre todo al mercado chino.