DONETSK. Un tiroteo en un puesto de control en la región insurgente de Donetsk, que dejó al menos cinco muertos, acabó con la tregua declarada en el este de Ucrania por las milicias prorrusas y el Gobierno de Kiev con ocasión de la Pascua ortodoxa.

 

“Tres vecinos de Slaviansk murieron esta noche a manos de unos desconocidos que atacaron un puesto de control en el norte de la ciudad. Otra persona que resultó herida de gravedad ha sido hospitalizada”, señaló el canal de televisión ruso Vesti.

 

El sábado la rebelde Donetsk y el gobierno de Ucrania habían decidido tomarse un respiro en su tensa pugna y en la operación antiterrorista declarada por Kiev en el norte de esta región minera, en vísperas del Domingo de Resurrección.

 

“Ahora, la tregua se ha roto. Valoramos la acción como una provocación”, declaró un portavoz rebelde a la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti. La Cancillería rusa se sumó a los insurgentes ucranianos.

 

A diferencia de otras ocasiones, la policía confirmó las informaciones sobre el tiroteo un puesto de control prorruso en la localidad de Slaviansk, uno de los bastiones de la sublevación contra el gobierno central, pero descartó categóricamente la implicación de sus unidades.

 

Según los rebeldes, entre los muertos figurarían dos civiles desarmados y un efectivo de las fuerzas de autodefensa, mientras los atacantes habrían sufrido dos bajas en sus filas.

 

El ataque se produjo a las tres de la mañana y fue protagonizado por una docena de hombres que dispararon desde cuatro automóviles, en los que se dieron a la fuga tras el tiroteo.

 

Los prorrusos lograron apoderarse de los dos coches, en cuyo interior encontraron simbología y armamento del grupo ultranacionalista Sector de Derechas, la fuerza de choque en los disturbios ocurridos en Kiev en febrero pasado que acabaron con el derrocamiento del presidente Viktor Yanukovich.

 

Este incidente fue uno de los cinco ataques perpetrados durante la noche contra puestos de control en Slaviansk, según un portavoz de los rebeldes.

 

Los rebeldes acusan a las autoridades, que suspendieron el viernes la fase activa de la operación antiterrorista, de violar desde un primer momento los acuerdos de Ginebra al detener a varios de sus militantes. El Ministerio del Interior ucraniano rechazó las acusaciones.