Por lo visto (y por lo leído en la entrevista con 24 HORAS la semana pasada), la seño Chayo se siente muy segura en la Sedesol, a pesar de que su estrategia en la Cruzada Nacional Contra el Hambre es menor, pero muy menor… si es que tiene un programa de trabajo que pudiera llamarse estrategia. “Yo estaré (en el cargo) hasta que el Presidente me diga… porque soy su empleada”, dijo entre otras cosas la sumisa Rosario Robles.
Creen algunos que la presencia en el gabinete de esa respetable damita se debe a un supuesto plan presidencial de recuperar, con ella al frente, el control político del PRI en el Distrito Federal. Sin embargo, ese dizque plan de Enrique Peña Nieto no pasa de ser un mito genial, una fantasía psicodélica de uno que otro “analista” despistado (o bien pagado), porque la triste realidad de los hechos demuestra que hasta ahora madame Robles ni siquiera ha podido echar a andar su Cruzada en la capital del país. ¡Pero cómo! Si tres millones de mexicanos ya comen mejor. Y para finales de año serán 5.5 millones, pareció responder la señora a sus detractores.
No faltan los “paleros” que afirman que no hay dinero para la mentada Cruzada, por lo que tienen que “jalar” recursos de otros programas. Dinero hay y por montones, parece responder el Auditor Superior de la Federación, quien recuerda que el 58% del gasto programable del gobierno federal se destina a la política social, y sigue siendo ineficiente. ¿Chayo o la política? Preguntan algunos. ¡Pues las dos!
Los recursos que se destinan al gasto social “no tienen un efecto multiplicador que permita modificar sustancialmente las condiciones de vida de los beneficiarios de este esfuerzo social. Se siguen encontrando prácticas de ineficiencia que perjudican a la población receptora”, afirmó Juan Manuel Portal. Bueno, hasta el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon dijo que no se hace lo suficiente para combatir la pobreza, no sólo en México sino en otros países.
A todos ellos la seño Chayo les responde que en el mes de mayo, el mes de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, presentará un informe integral de lo que han hecho por los pobres 19 dependencias, incluyendo la Sedesol, por supuesto. ¡Y no se la van a acabar!, dejó entrever. Pues a ver si no se le ocurre escoger el 10 de mayo para presentarlo, porque ese mismo día el Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral en Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes, prometió desmantelar, perdón, desarmar a los integrantes de las llamadas “autodefensas”.
AGENDA PREVIA
Apenas el lunes pasado la Secretaría de Hacienda presumía que al 31 de marzo se habían creado en el país cerca de 109 mil empleos formales, subrayando que era la cifra más alta para un mes de marzo desde hace 16 años, cuando el INEGI “la bajó de su nube” al informar que en ese mismo mes de marzo la tasa de desempleo se ubicó en 5.25% en dicho periodo, superior al 4.81 registrado de febrero pasado.
La tasa de desempleo fue de 4.8% de la Población Económicamente Activa (PEA), cifra superior al 4.51% registrada en el mismo mes del 2013. ¡Pues a qué están jugando!
▀ El poeta Longines escribió en su blog: Gobierno de las voces múltiples, la democracia no es silencio sino permanente murmullo que por momentos llega a decibeles de escándalo, pero al final logra la armonía. Es movimiento perpetuo, como el del oleaje, que retrocede para regresar con más fuerza y ganar terreno en la siguiente acometida. La democracia avanza cuando, a cada fluctuación, logra “arrastrar”, es decir, interesar, involucrar activamente a cada vez más personas, hasta que algún día “un ciudadano represente un voto”, como se define a un régimen de gran intensidad democrática.
La semana que corre, como lo han sido prácticamente todas desde hace casi un año y medio, será de marea alta, quizá de carácter telúrico con epicentro en las cámaras de diputados y senadores. Estos días, el trabajo legislativo acelerará el proceso de transición democrática, haciéndolo entrar en una fase de mayor intensidad con previsibles muy buenos resultados, tanto en el corto como en el largo plazos.
¡No seas cursi, César Camacho, no seas cursi!