MOSCÚ. Rusia sintió el impacto de la crisis ucraniana en su economía el viernes, cuando la agencia Standard & Poor’s (S&P) rebajó la calificación crediticia rusa por primera vez en cinco años y el banco central incrementó la tasa de interés para evitar que una depreciación en su moneda alimente la inflación.
La agencia bajó la calificación crediticia de Rusia al pasarla de BBB a BBB-, apenas un nivel arriba de “basura” por la salida de capitales y el riesgo de invertir ahí debido a la crisis con Ucrania.
La agencia advirtió además que “podría ver una importante salida de capital tanto nacional como extranjero de la economía rusa”. Además, S&P mantuvo su perspectiva negativa, lo que significa que podría hacer otro ajuste a la baja en su evaluación si empeoran las condiciones del país.
Las calificaciones crediticias son importantes para una economía porque determinan qué tanto costará a un país conseguir dinero en los mercados internacionales.
Como Rusia no coloca tanto en los mercados internacionales, el impacto en sus finanzas públicas posiblemente será limitado. Rusia tenía 4,4 billones de rublos (123,000 millones de dólares) en bonos gubernamentales pagaderos hasta el 1 de abril. Pero la reducción representa una alerta al riesgo del invertir en el país, además de ser una sorpresa para un país con un nivel de deuda pública muy bajo.
Pero los indicadores económicos ya están señalando problemas en la economía rusa.
Los inversionistas se alarmaron por la posibilidad de sanciones occidentales a los intereses económicos de Rusia y sacaron del país 70,000 millones de dólares en los primeros tres meses del año, más que en todo 2013. El crecimiento económico se desaceleró 0.8 por ciento en ese periodo, mucho más de lo previsto.
Además, la moneda cayó a niveles récord frente al dólar. El viernes su cotización bajaba 0.7 por ciento a 36,03 rublos por dólar. La debilidad de la moneda rusa a su vez está incrementando la inflación porque un rublo barato vuelve las importaciones más costosas.
El viernes, el Banco Central buscó revertir la tendencia subiendo su principal tasa de interés en 0.5 puntos porcentuales para dejarla en 7.5 por ciento.
El banco, que en marzo tenía la tasa de referencia en 5.5 por ciento, indicó en un comunicado que busca mantener la inflación en menos de 6 por ciento este año y no prevé ajustes a la baja en los próximos meses.