Scott Erven jefe de seguridad informática para un proveedor de atención médica en Estados Unidos, presentó una investigación que resume el estado de seguridad aterrador de las bombas de insulina implantadas, de los robots quirúrgicos y de las resonancias magnéticas.

 

Las vulnerabilidades no son producto de artificios sofisticados, sino de descuidos como contraseñas fáciles, copias de seguridad de rayos X sin contraseñas, implantes dosificadores de medicamentos, como los Drug-Pump, reprogramables vía internet, etc. Y bases de datos a merced de virus troyanos. BOING BOING